Los dragones son leyenda: entidades que trascienden la historia, bestias de gran poder.
En algunas culturas son dioses. En otras, demonios, y en la mayoría de países, son protagonistas de libros, series y videojuegos que alimentan la cultura humana...
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Ai-Apaec juntó sus brazos, compactó su cuerpo y se transformó en una especie de lanza improvisada, la lanza de Longinos. Acto seguido, fijó su objetivo y atacó a la 'serpiente alada'.
El dragón se percató del peligro. En seguida, un robusto haz de energía dorada emergió de sus fauces, un rayo de plasma y oro. Ai-Apaec no se detuvo, siguió su camino y atravesó el 'torrente' como un salmón brincando una cascada.
La punta de Ai-Apaec seccionó el láser en dos vectores. El rejón se acercó como un proyectil, como un cuchillo cortando mantequilla. Ai-Apaec no se detuvo, el ser alado tampoco. El rey espada se acercaba más y más. Finalmente, láser y lanza estallaron. Se escuchó un estruendo y una onda expansiva revoleó mis cabellos: largos y azabaches. Fuego y nubes de óxido matizaron los cielos.
Tras apartarse, la serpiente alzó vuelo y empezó a girar y retorcerse. Por su parte, Ai-Apaec regresó a su forma de antes, el titán de espadas. Ambos se quedaron estáticos, se tanteaban lentamente. Ai-Apaec hizo el primer movimiento.
Los ojos del 'dragón mecha' se tornaron rojos y empezó a moverse muy rápido, a pesar de su tamaño. El rey de espadas bailaba como una anisoptera demente. Mis ojos eran incapaces de seguir su danza de guerra.
De repente, Ai-Apaec embistió a la serpiente alada. Mi salvador esquivó el corte y respondió lanzando otro haz de energía dorada. Los brazos de la mantis destazaron el rayo. La escena se volvió a repetir: una, cinco, diez, veinte veces. Ai-Apaec se desplazaba como un espadachín experto. Corte, desplazamiento, treta, tajo vertical; las espadas cercenaban las sombras del Rey Serpiente, sus remanentes. Mi salvador respondía con fascinantes muros de luz —con forma de hexágonos entrelazados— que aparecían por breves segundos, escudos.
Qué escena más fascinante.
La resistencia de Ai-Apaec era bastante elevada. Su cuerpo de espadas le brindaba elevados stats de ataque y defensa. No obstante, el torrente de energía provocaba un daño tremendo. Las espadas de Ai-Apaec empezaban a mostrar desgaste. La batalla se prolongó por varios minutos.
Los dragones se desplazaban como avispas. Las astas y los 'brazos' impactaban con vehemencia, los estallidos sacudían Pimentel.
—¡T-tengo que grabar esto!
Manipulé mi smartphone y activé la cámara. Ai-Apaec incrementó su rapidez. Embistió el rostro del rey serpiente.
*¡CLANKK!*
Dos cuernos interceptaron el brutal corte, hubo un estrépito y cien mil esquirlas retozaron como abejas. La serpiente hizo una maroma y atrapó los brazos de Ai-Apaec entre sus astas. Los cuernos crecieron y abrazaron más las espadas. Ai-Apaec no podía zafarse, no obstante, sus brazos se transformaron en estoques (sumamente delgados). De ese modo, escapó de los cuernos.
Mierda.
La batalla se volvió más intensa. Nadie daba su brazo a torcer. Al cabo de unos minutos, la anatomía de Ai-Apaec comenzó a brillar de un leve matiz bermejo. De repente, la fuerza de Ai-Apaec creció de golpe (un crescendo). Sus embestidas se volvieron más rápidas y sus cortes más certeros.
