Había pasado ya un año desde que Emely y Abby se habían despedido del profesor en aquel Aeropuerto, desde ese entonces no habían sabido nada de él más que un par de fotos que había posteado en las redes sociales, además la vía ajetreada que ambas llevaban en la universidad no les permitía estar al pendiente de algo que ya estaba en el pasado.
Finalmente ambas habían decidido estudiar en la NYU, la universidad de Nueva York, Emely estudiaba una carrera de diseño mientras que Abby se habia decidido por la ingeniería, y aunque ambas pertenecían a facultades diferentes y vivían en los dormitorios del campus pero en habitaciones distantes debido a la diferencia de carreras, siempre encontraban el momento para reunirse y disfrutar de una que otra travesura durante su vida universitaria.
Como era el caso de esa noche, era 31 de octubre, la noche de brujas, que como todos los años se celebra en todo el país y ellas no sé lo iban a perder por nada del mundo.
-Holaaaa, llegue!- gritó Emely al otro lado de la puerta del dormitorio de Abby.
Cuando esta abrió la puerta admiró el disfraz que traía puesto su amiga.
-¿De que estás disfrazada? ¿De enfermera puta sangrienta?- preguntó con sorna mientras se reía y miraba de arriba abajo el traje blanco, extremadamente corto, con manchas de sangre falsa.
-Hoy estás muy graciosa Abby- respondió Emely mientras volteaba los ojos- ¿Qué haces que aún no estás lista?
-Aun no decido que traje ponerme- anuncio con indecisión, mientras le mostraba dos trajes, uno de pirata sensual y otro de hada.
-Apuesto por el de pirata, con ese robarás los corazones de los chicos esta noche.
-Buena elección.
Una hora más tarde, ambas salían de la habitación con su actitud despampanante, robando miradas a cada paso.
La fiesta se celebraba dentro del mismo campus, en la casa de una fraternidad y solo quedaba a unas pocas cuadras así que ambas decidieron irse caminando hasta el lugar.
Una vez allí todos las recibieron alegres, a lo largo del año que llevaban allí se habían vuelto populares, todos las conocían aunque ellas no conocían a todos.
Lo que más disfrutaban era de bailar entre ellas mientras tomaban un poco de alcohol, y así transcurrieron algunas horas, todos bailando al rededor con las luces apagadas y reflectores de colores y humo ambientando el lugar.-Oye el chico tras de ti te está mirando- susurro Emely en el oído de Abby.
Abby siguió bailando con normalidad y de forma disimulada se giró y observó al chico que la miraba fijamente, no estaba nada mal la verdad, de nuevo le dio la espalda y siguió moviendo sus caderas al ritmo de su música latina favorita.
Durante el resto de la noche siguió bailando con Emely y no paro de sentir la mirada del desconocido sobre ella, pero sencillamente lo ignoró.
Entrada la madrugada, ambas decidieron irse, ya había sido suficiente de baile y alcohol por esa noche, sin embargo cuando estaban saliendo el chico las interceptó.
-Hola- saludó él, mientras miraba fijamente a Abby.
-Creo que iré por otro trago- anunció Emely antes de perderse entre la gente y dejar a solas a su amiga con el desconocido.
-¿Cómo te llamas?- preguntó el chico.
-Abby- dijo ella dudosa.
-¿No preguntarás como me llamo yo?- contestó él en su lugar.
-¿Y por qué debería?
-¿Siempre eres así de odiosa?
Abby lo miro de arriba a abajo, ¿Pero a este man que le pasaba? No le importaba a donde demonios se había ido Emely pero ella se largaba, así que se giró y comenzó a caminar hacia la salida.
-¿Oye no quieres que te acompañe? Es muy tarde.
- ¿Y a ti que te importa eso? También eres un desconocido, podrías ser un asesino serial.
-Bueno es un punto a tu favor- afirmó él, mientras caminaba a la par de ella.
-¿Es en serio que me vas a seguir durante todo el camino?
-Si, si me permites.
Abby solo rodó los ojos y siguió caminando.
-¿Y que carrera estudias?- preguntó de pronto él.
-Si estás intentando ligar para obtener una cojida de una noche solo dilo.
-Esta bien me descubriste- sentenció él mientras llegaban a las puertas del edificio donde se encontraban los dormitorios de mujeres.
En ese momento Abby decidió que un polvo de una noche no se sentaba mal en ese momento, el chico estaba guapo y ella tenía algunos meses en abstinencia.
-Ok, pero debes saber que esto solo será un lío de una noche, que te quede claro- mencionó mientras abría las puertas del edificio y lo hacía pasar.
Silenciosamente subieron hasta la segunda planta donde se encontraba el dormitorio de Abby, lo hizo pasar y de inmediato cerró la puerta.
Ambos se quedaron parados en la mitad del dormitorio mientras se observan fijamente a oscuras.
Ella esperó y él fue el que se acercó hasta ella para reducir la distancia, la tomó por el cuello y le dio la vuelta, pegando la espalda de Abby contra su pecho, a la vez que con la mano libre le apartaba el cabello y comenzaba a repartir besos húmedos por su cuello.
A ella se le escapó un gemido de inmediato, esa era sus zona más sensible y él estaba sabiendo que hacer.
Con lentitud fue quitando su mano del cuello de Abby y fue descendiendo por todo su cuerpo con una caricia suave hasta llegar al dobladillo de la falda extremadamente corta que ella llevaba esa noche.Introdujo su mano por debajo de la falda y se dio cuenta de inmediato que ella no llevaba ropa interior.
Abby tenía todo el cuerpo erizado por los besos y las zonas que estaba tocando aquel hombre, se impacientó un poco y sintió un cosquilleo cuando el empezó a acariciar su zona V.
Sin abandonar los besos y las pequeñas mordidas placenteras que estaba dando en su cuello, el chico acarició la piel profundizando en sus labios menores, recorrió su dedo de abajo hacia arriba hasta toparse con el pequeño botón que al ser acariciado en movimientos circulares, hizo que había comenzará a gemir más fuerte.
-Me gusta como suena eso- le susurró el cerca de su oído, mientras aumentaba el ritmo de sus caricias- pero quiero que te corras en mi boca.
Y sin más dejo de acariciarla y la sentó en la cama mientras él se arrodillaba y le subía la falsa hasta la cintura, sus pies con tacones descansaron en los hombros del chico y él empezó a degustar sin parar.
Con su lengua lamía toda su extensión, mientras que introducía uno y luego dos dedos dentro de ella y la bombeaba, Abby se sentía en las nubes entre las dos sensaciones simultáneas.
De un momento a otro los gemidos de Abby salían sin control mientras sus piernas temblaban de placer.
-Sigue así- pedía entre gemidos - no pares.
Él noto que estaba cerca y aceleró sus movimientos y en pocos segundos Abby se contrajo y su placer explotó mientras lanzaba un gemido alargado.
Se miraron a los ojos mientras ella aún se recomponía del placer intenso que había sentido y supo desde ese entonces que esté chico iba a ser su perdición.
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Después de Clases ©
Teen Fiction-Hagamos una apuesta- propuso Emely. -¿Y de que se trata la apuesta?- pregunto Abby con curiosidad. -Quien le caliente la polla y se lo lleve primero a la cama, gana. -Trato Hecho- acepto Abby- Veras que ganare. Prohibida su copia y/o adaptación. [E...