Una historia sobre dos jóvenes que se ven obligados a pausar 16 años de amistad por obra del destino.
Y sobre su esperado reencuentro siendo dos personas completamente diferentes a las que dejaron atrás en su despedida.
●Kookmin
●Historia hecha por...
-.....entonces seria de lunes a viernes-dijo el veterinario- y si te necesito fuera de horario o en una emergencia te pagaré extra
El y Jimin se encontraban en la oficina.
-Me parece genial-dijo Jimin con una sonrisa
-Perfecto. ¿Puedes empezar la próxima semana?
-Claro que si. Muchísimas gracias.
-Gracias a ti por tu predisposición y tus ganas de trabajar
Jimin volvió a sonreír y se levantó de su asiento.
El Dr. lo acompaño a la salida.
Jungkook lo esperaba fuera de la oficina, acariciando los perros que estaban en adopción.
-¿Y? ¿Cómo te fue?-preguntó al ver al rubio
-Tengo el empleo
-¡Eso es!-revolvió su cabello-sabía que lo conseguirías
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Los días pasaron y el primer dia de trabajo de Jimin había llegado.
Fue una semana agitada. El Dr. Choi era el mejor veterinario de la zona así que su consultorio era muy concurrido, por ende, jimin tenía muchísimo trabajo que hacer.
Pero a pesar de sus apretadas agendas, el y Jungkook siempre se hacían un tiempo para verse
Aunque sea diez minutos.
Aunque sea para decirse hola y ya.
Pero, como en los viejos tiempos, no pasaban más de un día sin verse. Y en tan solo una semana todo volvió a la normalidad.
Jungkook seguía con sus citas diarias y su fama de fuck boy y Jimin seguía siendo el estudioso y responsable.
Los padres de Jungkook se sintieron muy felices al ver a Jimin, pues el que volviera hizo que también vuelva su hijo, ese que sonreía a diario y tenia energía de sobra.
Nuevamente, Jimin y Jungkook. No más solo Jungkook. No más solo Jimin. Jimin y Jungkook. Como siempre debió de ser.
-¿Que tal tu trabajo?-preguntó Jungkook sonriente.
Ambos estaban recostados sobre el pasto de un pequeño parque observando las nubes. Era domingo por la tarde y ninguno tenía nada que hacer.
-Es genial, el Dr. Choi es muy bueno y también inteligente
-¿Un sugar daddy?-bromeo
Jimin golpeo su brazo -¡Idiota!
El celular del pelinegro sonó.
Al parecer era un mensaje. No tan bueno, según su cara.
-¿Todo bien?-preguntó Jimin
-Oh, si, es solo una despechada. ¿Por qué no entienden cuando digo que no quiero nada serio?-resoplo
