Capítulo uno: Preparativos

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Narra: Massimo.

Un pequeño niño que busca refugio en los brazos de su madre. Una madre destrozada que rechaza ha esa pequeña criatura de su propia sangre. Una niñez destrozada por las órdenes de alguien trivial, pero que acaba siendo tu superior y destructor. ¿Cuanta importancia debe tener realmente una persona sobre tu vida, para solo tener la habilidad de acabar tu mundo con solo una palabra?. Pero te dan esa gran elección.

De continuar. O seguir, yo decido huir. Escapar lo más lejos posible de mi destino o de lo que se estaba comenzando a formar mi vida. Escogí escapar de esas sombras, tinieblas que sin esperarlo, me siguieron en cada paso que si durante toda mi vida. La pequeña luz que tenía, se había extinguido en solo cuestión de segundos. Y ahora, solo vivía dentro de mi, un corazón en cientos de pedazos. Y un sueño, con una voluntad más grande que la vida.

-¿Massimo?-regreso ha la superficie. Con mis dos manos, coloco mi rubio cabello hacia atrás. Necesitaba estar solo, pero lo cierto también era, que no se si podría soportarlo si me encontraba totalmente solo-Massimo.

-¿Porque sigues comportándote como si no nos quedará tiempo de?-dejo salir una carcajada repleta de enojo y dolor-tiempo. ¿Que es el verdadero tiempo, como se supone que deberíamos vivir realmente la vida, cuando no sabemos en concreto, que es el tiempo?.

-¿Ya puedes parar?. Me asustas cada ves que hablas de esa manera-alzo mi mirada. Para así mirarla directamente a los ojos. ¿Como era posible que continuará siendo tan hermosa?. Y no me refería a solo su aspecto físico, sino a ese gran corazón que tiene a su interior. Habeses solo me preguntaba. ¿Que es lo que debería hacer con ella, quizás, demostrarle el verdadero dolor, o solo, dejarla ir?. Postró mis manos en la tina, para así inclinar mi cuerpo hacia ella y quedar a solo unos centímetros de sus labios. Sus mejillas se tiñeron en un color canersin, mientras que sus manos se encontraban más temblorosas de lo común.

 Sus mejillas se tiñeron en un color canersin, mientras que sus manos se encontraban más temblorosas de lo común

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-¿Oh quizás, solo debería mostrarte aquel mundo que no conoces?-su silencio. Fue la confirmación que necesitaba para saberlo. Ella me temía, pero aún así, su corazón me pertenecía. Y solo era una confirmación para mi frío corazón, y solo se trataba, de esas enormes ganas de las personas, en amar lo horrible y terrible. Ya que el ser humano está diseñado, para amar lo malo, y hacer aún lado, los buenos y leales sentimientos-o quizás no-con una amplia sonrisa. Salgo de la tina completamente desnudo, para así acercarme a la silla y cubrir mis caderas con una toalla blanca-lamentablemente. Irrumpiste en mis recuerdos más tétricos-ella se da la vuelta. Para así quedar una vez más delante de mi-¿¡Qué!?-le sonrió con picardía-¿Acaso mi cuerpo te provoca tanta tentación, que te has quedado sin palabras?-ella se pone de pie. Para así mirarme con enojó.

-¿Te recuerdo quién soy?-lucia tan enojado. Creo que este juego no le ha provocado mucha gracia-soy la encargada de que seas el mejor. No puedes ir por el mundo, pensando con esa mentalidad y solo supones que todo te saldrá bien, maldita sea Massimo. Estoy dando lo mejor de mi. Para que estos preparativos cumpla con tus espectativas.

En el azul de tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora