Capítulo cuatro: El pasado está en el pasado

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Narra: Massimo.

Existen momentos, circunstancias, personas o acciones, que simplemente deseas dejar en el pasado. Habeses alejarte de todo y todos, es lo mejor para encontrarte a ti mismo. Pero algunas veces, por más que lo intentes, una persona o algo que te recordará el pasado. Se hará presente en tu vida.

Tocará tu puerta y no tendrás más remedio que solo abrirla. Como una botella de champán, que está preparada para que la abran, pero tú lo sabes, todo lo saben. Quizás esa botella logré hacer una explosión más grande de lo que todos creen o se imaginan. Aún seme es complicado pensar en el pasado, así que decidí solo soltarlo.

No podía mantener más esa navaja en mi mano, así que la deje en el fondo del mar. O por lo menos, eso es justamente lo que me hubiera atrasado hacer.

—Veo que estos años no te han cambiado nada. Aún sigues siendo esa niña dulce y curiosa que conocí hace seis años. Dime Roxi. ¿Que es lo que haces tú aquí?—pensé que ella se había quedado en mi pasado. Y por lo visto, no es así.

—Me graduare dentro de un par de meses, periodismo y tengo un novio doctor—que bueno que al menos a unos de los dos. Le este llendo tan bien—no lo sé. Quizás te extrañaba más de lo que me gustaría aceptar.

—Ya ha pasado mucho tiempo. ¿Porque no solo enviaste un mensaje?. Era lo que solíamos hacer en el pasado.

—¿Realmente te sientes bien alejándome?. Es decir, tu siempre fuiste como un ejemplo a seguir para mi. ¿Sabes?. Tu y Catherine si que eran la pareja perfecta.

—Las parejas perfectas no existen Roxi. Sino miramos a Catherine y ha mi. Por más que lo intentamos, nada salió como lo esperábamos. ¿Y sabes por qué?. Por que el mundo es cruel y no siempre ocurre lo que deseas que pasé, las personas son egoísta y solo piensan en si misma. Y yo soy así también—realmente intentaba controlar mi ira. Hablar de Catherine y todo lo que había ocurrido en ese entonces, me hace sentir tan mal. Siento que me alteró al hablar de ella, quizás se deba ha que jamás logré sacarla del todo de mi cabeza—¿Sabes?. Tu siempre fuiste esa pequeña niña que Catherine y yo solíamos cuidar, se que nada de lo que ocurrió es tu responsabilidad. Pero preferiría no hablar del tema—ella estaría mucho mejor sin mi. Me había agradado ver a Roxi, desde hace cuatro años que no nos veíamos en personas y es lindo ver lo hermosa y grande que está. Ya es toda una mujer, y solo espero que sea feliz con su vida, quizás llegue hacer un completo asco su vida en varias circunstancias, pero eso solo le enseñará el verdadero curso de la vida y de las personas.

—Todo ocurrió de una forma tan sorpresiva. O por lo menos, así fue para mí. ¿Sabes?. He estado pensado mucho en eso, y no pude evitar pensar en su historia. Se que no nos emos visto por muchos años, pero estoy aquí por algo. Y solo tú puedes ayudarme con esto—ya decía yo. Que solo el sentimiento de "cariño" no era lo suficientemente fuerte, como para buscar a tu niñero en Marruecos.

(.....)

Las personas suelen ser una caja de sorpresa. Jamás sabes lo que saldrá de ellos, y no puedes confiar del todo en ellos, y es simple, en todos vivien demonios sedientos de maldad, esto solo significa que te dañarán, aún si lo mereces o no.

Es como un juego de resistencia realmente. Tu debes hacer el movimiento más rápido que tú adversario, de lo contrario, podrás verte como alguien, no lo suficientemente fuerte y solo pensara que eres más débil que el o ella. Así que es por eso que yo siempre trato de adelantarme, quizás no del todo. Pero jamás confío ni en mi mismo.

—Maldita sea Roxi. Ya te dije que lo que menos deseo es hablar de eso—realmente estaba tratando de controlarme. Pero la rubia me lo estaba haciendo cada vez más complicado, temo que es más agradable, cuando solo pintaba esos rompecabezas de color blanco.

En el azul de tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora