4Colors Of Nayeon

Rainbow : Strangers

Jackson no había visto a Tae o a Jungkook esa mañana cuando se levantó y salió hasta la constructora para despues ir a la clínica con Jimin, donde pasó todo el día haciéndole compañía junto a Mina que pasaba por momentos a verlo también.

No era un secreto que Mina y él eran más cercanos entre ellos que con Jungkook y Tae, aunque les tenían el mismo cariño, pero del mismo modo que los coreanos se entendían y tenían una especie de lenguaje propio, él y la japonesa tenían la misma conexión.

Le alegraba que la situación entre ellos no se hubiera tornado tensa después de la sincera conversacion de la noche anterior, aunque no le sorprendía mucho viniendo de Mina, pues aunque la japonesa era de pocas palabras, también era una de las personas más sinceras que él había conocido y de algun modo, le aliviaba que lo fuera con ellos con respecto a Nayeon.

Jungkook y Tae por el contrario, eran más de los que se guardaban las cosas con el fin de no preocupar o herir a los que querían, o asi lo veía el moreno que recibió un mensaje de ambos preguntándole sobre el estado de Jimin, algo que agradeció mucho, pues eso demostraba que a pesar de todo, seguían siendo sus mejores amigos, y entendía que por el momento necesitaban su espacio.

Ya había caído la noche cuando recibió una llamada que decidió atender fuera del cuarto de Jimin, quien veía sus caricaturas en la laptod de su hyung y apenas se inmutó de su partida.

Se trataba de Soyeon, la chica había estado realmente preocupada por él los últimos dos días, y no era para menos, que se desapareciera y que su hermano estuviera en una clinica era para preocuparse.

Un suspiro salió de sus labios cuando después de contarle lo que había pasado, exceptuando lo de Nayeon, terminó su llamada escuchando un suave “Te quiero” que respondió con siceridad, era imposible no sentir cariño por aquella chica que no había echo más que brindarle su amor ese tiempo.

Se preguntaba como era posible que en todo el tiempo que pasó allí no había logrado ver al menos de lejos a la ojiazul, aunque lo asoció con lo grande que era el lugar, y quizá con el que no había salido mucho de la habitación de su hermano, pero no tendría que esperar más, pues cuando caminaba de vuelta a la habitación de Jimin, sucedió.

Su cuerpo se paralizó y su corazón golpeó su pecho con desesperación, pero aún así no pudo evitar sonreír ampliamente, al fin tendría la oportunidad de hablarle, si se daba prisa por supuesto.

La castaña se despidió de su compañera y caminó en dirección contraria a él, tomando eso como señal para finalmente actuar.

Con rapidez y precaución se dirigió al mismo lugar que la coreana y sin que nadie lo viera, entró a la habitación donde se la vio de espaldas a él, finamente, tan cerca.

Supuso que se trataba de un cuarto de descanso pues la castaña se había quitado su bata blanca, que dejó sobre uno de los sillones en el lugar, antes de salir hasta el balcón, pasándose las manos por el cabello.

El chico no tenía ninguna intención de asustarla o de arruinar su encuentro y que esta huyera otra vez, por lo que fue cauteloso al momento de caminar hasta ella y pararse a su lado, que tenía los ojos cerrados y tomaba aire. — Si que es una hermosa noche ¿No? — Preguntó dirigiendo su mirada al cielo, que esa noche en especial estaba inundado de estrellas.

Y como si hubiera vuelto a la vida y a la vez dejado de respirar, fue el turno de Nayeon de paralizarse al abrir los ojos y ver al moreno justo frente a ella. — ¿Jackson? — Murmuró sintiendo su rostro arder como evidencia de su sonrojo y los nervios que aceleraron su corazón.

¿Primero Mina y ahora Jackson? Definitivamente las cosas no pintaban bien para ella.

Y el miedo de perder el control de su cuerpo otra vez la estaba dominando, aún cuando pudo darse cuenta que de algún modo, la mirada de Jackson era diferente a la de Mina en muchos sentidos.