capítulo 2

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1998

Haerin sí era curiosa, y mucho.

Por eso, desde la semana pasada, no pudo quitarse de la mente la idea de que hubiera alguien tan famosa en el mundo y ella no la conociera.

Haerin le preguntó a todas las personas que pudo sobre la tal Ariana Grande y todos le decían que no la conocían. Que era un nombre bastante extraño y que debía ser extranjera, ya que un nombre así no se encontraba en Corea ni siquiera de manera artística. Si llegaba a ser un seudónimo, era bastante especial.

¿La chica con la que habló ese día que ordenó era de otro país, no? Quizás ahí era famosa, pero no tenía mucho sentido porque Haerin recordaba que le dijo que era de Seúl.

Tal vez estaba viviendo debajo de una piedra.

—Me siento un poco tonta... —murmuró.

Minji almorzaba enfrente suyo el guiso de pollo que tocaba ese día en la escuela, según la minuta del miércoles.

Había que destacar que los almuerzos de la escuela eran un poco malos, Haerin no comía allí y prefería llegar a su casa a hacerse algo de comida. Por otro lado, Minji no podía estar tanto tiempo sin comer porque su malestar era mucho. Le dolía la cabeza y no se concentraba bien, así que trataba de alimentarse muy bien incluso si la comida era mala.

—¿Qué pasó? —preguntó. —¿Lo dices porque te dijeron algo? ¿Qué te hicieron esta vez?

—No... no me hicieron nada —negó con ayuda de sus manos —. Es solo que me parece extraño que nadie realmente conozca a Ariana Grande.

Minji frunció el ceño con su boca llena de comida.

—¿Ariana Grande?

—No hables con la boca llena —pidió Haerin, con una mueca.

Su amiga tapó su boca y murmuró una disculpa antes de tragar y poder hablar con mayor libertad.

—¿Sigues con eso de Ariana Grande? —la chica se sintió avergonzada y asintió con lentitud. —Nunca oí de ella. ¿Cómo llegaste a ese nombre? ¿En una partida de scrabble?

Tal vez tenía sentido pensarlo así, jugando aquello que Haerin siempre solía hacer con su abuela, pero no era el caso. Sentía que podía ser ridículo contarle a Minji que supo de ese nombre porque habló con una chica australiana desde la radio que está guardada en la ya nueva biblioteca.

—Sí... no sé. No es importante saber cómo llegué a eso —le restó importancia.

—Tiene nombre de ser alguien famoso, pero creo que vivimos bajo una piedra porque no la conozco —contestó, mientras separaba la zanahoria del guiso. —¿Buscaste en los libros de historia? Tal vez sea la primera dama de algún país europeo.

—¿Tú crees?

—Es lo que se me ocurre —se encogió de hombros y dio una cucharada de su comida.

Haerin recordaba que ella no era una persona de política porque la chica le dijo que se trataba de una artista musical. Le preguntó a su profesor de música si la conocía y él se lo negó completamente. Entonces, tal vez no existía.

Era muy extraño creer que nadie en ese momento conociera a una persona "famosa".

—Sí, quizás...

Lo único que atravesó su mente para llegar a una solución y terminar con la curiosidad interna de no saber nada, era ir a la biblioteca y prender esa radio, esperando que la chica le contestara. Y la probabilidad de que eso sucediera era bastante baja, pero no podía perder algo con intentarlo.

ditto | daerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora