Capítulo 10: Carrie

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Reconozco que dormir pared con pared con Derek me ponía nerviosa.

Era irónico, porque se suponía que tenerle pegado a mis talones debía darme tranquilidad.

Eso pensaba mi padre, porque yo discrepaba totalmente.

De alguna manera estaba inquieta con su presencia tras la pared, al fin y al cabo, era un desconocido para mí.

¿Se suponía que debía confiarle mi vida a ese ser?

¡Ni siquiera sabía de dónde venía!

Pero sí tenía clara su misión, pues él estaba ahí para informar a mi padre de absolutamente todos mis movimientos, como si fuera una nena de teta que necesitase dos ojos para que cualquier acto que cometiera fuera el adecuado.

Aquella noche no dormí bien, por lo que por la mañana, nada más levantarme, hube de hacer uso de un par de parches antiojeras que guardaba en un tarrito de cristal de mi tocador.

Eran de aloe vera y calmaban mucho la inflamación bajo los ojos, atenuando la ojera.

Me vendrían genial.

Pedí mi desayuno en la habitación, algo que no solía ser demasiado habitual, pues normalmente bajaba al comedor a dar cuenta de la primera comida del día.

Pero no tenía ganas de cruzarme con él, ya tendría que verle el resto de horas restantes del día.

Aunque, a decir verdad, no tenía ni idea de los horarios que Derek seguía en su vida ni de cómo los había adaptado ahora que trabajaba para mi padre.

Días después me enteré de que lo primero que hacía nada más levantarse era darse un buen chute de ejercicio en ayunas.

Corría por los jardines y después utilizaba el gimnasio de la mansión.

Menuda jeta.

No obstante, eso lo pensé al principio, pues no albergué la posibilidad en un primer momento, de que verle hacer aquello podía ser un verdadero espectáculo.

En lo que venía el desayuno que le había pedido a Kitty, la chica del servicio, abrí el armario y lo observé detenidamente.

El evento que tenía esa mañana era importante, claro, como todos a los que iba representando a mi padre. No obstante, no era el acontecimiento más especial del año, por lo que tampoco era indispensable que fuera de punta en blanco, pero sí arreglada y elegante.

Era capaz.

Totalmente capaz de hacerlo.

Y no importaba el video viral ni mi subida de seguidores.

Si la gente que me seguía pensaba que de en ese momento en adelante iba a ser influencer, lo llevaban claro.

¿Quién era yo para influenciar a nadie?

Pero ni para bien, ni para mal.

Si era un maldito desastre con patas, ¿cómo iba yo a ser ejemplo de nada?

Una familia rota, de la cual lo único que quedaba era yo, que también estaba hecha pedazos.

Ni hablar.

Yo no podía dedicarme a eso. Ni siquiera daba señales por las redes sociales.

No me apetecía, ya se encargaban Arienne y Bella de publicar todo lo que no publicaba yo en sus perfiles.

Me mordí el labio inferior, concentrada en las prendas del armario.

Quizá un vestido ajustadito y largo quedaría bien.

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⏰ Última actualización: Oct 01, 2023 ⏰

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