Doraemon asintió ante la respuesta del azabache. Si, el también creía que era esa niña.
"Anda, vamos a casa. Ya veré qué puedo hacer" comentó el robot. Emprendió el camino a casa.
En cuestión de minutos ambos ya estaban en la puerta de su hogar, entraron sin más. Antes de seguir caminando escucharon murmuyos en la pieza donde normalmente atienden a las visitas.
Sin que Nobita reaccionara Doraemon se le adelantó. El azabache desde la entrada donde normalmente dejan los zapatos pudo ver cómo Doraemon abría los ojos con sorpresa. Rápidamente el gato cósmico regreso al sitio donde se encontraba Nobita.
"¿Qué pasa?" preguntó el azabache.
"Nobita... Amh... Creo que deberías averiguarlo por tí mismo" murmuró el gato robot.
El niño sin dudarlo camino hacia dicha pieza de su casa, grande fue su sorpresa al ver a la señora que... Horas antes había irrumpido a su casa, hablando con mucha tranquilidad con su madre.
Sin embargo había algo más que captó su atención, justo al lado de la mujer se encontraba una niña que a juzgar por su estatura y rasgos físicos daba la señal de tener la edad de Nobita.
Tamako enseguida sintió que alguien los estaba mirando, cuando encontró a la persona observadora le sonrió.
"Nobita..." las dos invitadas giraron para ver al azabache.
El de lentes no tubo tiempo de reaccionar ya que la más joven de las 3 mujeres que se encontraban en esos momentos tomando el té se levantó.
Nobita recibió un fuerte abrazo por parte de la castaña. "No sabes cuánto te eche de menos" murmuró lo suficientemente alto como para que Nobita pudiese escucharla. "Te extrañe mucho Nobita" continúo.
Los ojos de Nobita se abrieron como platos al escucharla, no se tenía que ser lo suficientemente inteligente como para no recordar quien era. "Yo... Yo también te extrañe mucho... Non-Chan" Nobita correspondió al abrazo.
Tamako miro con ternura la escena, ella más que nadie sabe que su hijo no pudo despedirse de su mejor amiga el día en que se fue, la mujer desconocía todo lo que pasó en ese momento, de que su hijo viajo al pasado con ayuda de un robot que contaba con múltiples aparatos, uno de ellos se trataba de la máquina del tiempo; para poder despedirse y también arreglar algo que hasta ahora tanto la madre de Non-Chan como ella desconocían.
La madre de la pequeña reconoció al chico que en justamente su hija estaba abrazando, si, era el mismo que en la mañana tocó a su puerta para después salir corriendo a no sé dónde.
La mujer prefirió no contar ese pequeño momento, hasta este momento se dió cuenta de que ese joven era Nobita y también hasta este momento entendió el porque su repentina visita de la mañana. El solo quería ver a su mejor amiga.
Tamako sonrió nerviosamente "¿Doraemon está aquí?" le preguntó a su hijo, Non-Chan se separó de el, tanto ella como su madre miraban un poco confusas a la mujer de lentes.
"Si mamá" respondió el azabache. "Quieres que le hable..."
"Aún no, aún no les eh contado de... Bueno... De él" todos en el barrio estaban concientes de un extraño gato, que más bien parece mapache vive en la residencia Nobi.
La razón de su existencia en este lugar o más bien en este tiempo, nadie bueno a excepción de sus padres y de los amigos más cercanos de Nobita conocen el porque de su presencia, aún que no le toman tanta importancia ya que ese extraño ser no a causado problemas... Ajá.
Tamako sabía que si Doraemon se presentará en estos momentos causaría un gran alboroto enfrente de las dos invitadas. Doraemon estaba escuchando con atención la conversación, estaba a punto de buscar algo en su bolsillo, un aparato que lo ayudara a hacer que luciera más humano.
"Chu..." un chillido que fácilmente pudo reconocer se escuchó a sus espaldas.
"¡Un ratón!" las cuatro personas escucharon el repentino grito de alguien al otro lado de las paredes.
"¡Aaaaah!" un nuevo grito se hizo presente, lo que vieron tanto Non-Chan como su madre casi hace que se desmayen o eso era lo que pensaban Tamako y Nobita.
Un extraño ¿Ser? ¿Animal? ¿Persona? Entró rápidamente, se abalanzó sobre Nobita gritando descontroladamente. Se notaba que estaba teniendo un ataque de pánico.
"¡Un ratón! ¡Un ratón! ¡Un ratón en la casa! ¡Nobita hay un ratón en la casa!" gritaba esa extraña criatura.
"¡Mamá hay un ratón en la casa!" para este punto el robot estaba aferrándose al torso de Nobita, como si tratara de no tocar el suelo.
Doraemon temía que algún ratón estuviese abajo, esperándolo para volver a hacer otra maldad sobre el. De tan solo pensar en eso más se aferraba al azabache.
La madre de Nobita volteo a ver a las dos invitadas, pensaba que estaban aterradas ante tal cosa que gritaba y se aferraba a su hijo. Se sorprendió al ver que en sus caras no había rastro de miedo mucho menos de angustia, había confusión en sus rostros. Ambas juraban, dentro de sus cabezas, que habían visto a ese ser.
¿En dónde? En estos momentos no lo recordaban.
Doraemon por su parte seguía con sus dramas, si Nobita o su madre no hacían algo para calmarlo tal vez sacaría de su bolsillo una maldita bomba atómica que no solo acabaría con el ratón si no que también arrasaría con todo el barrio... Eh incluso dicha bomba se llevaría más terreno, definitivamente tienen que calmarlo antes de que haga una tontería.
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Doraemon: El regreso de la niña de los zapatos rojos.
Fiksi PenggemarNon y Nobita de volverán a ver. Pero el simple hecho de estar juntos; provocará grandes cambios en el futuro.