~Memorias del Mañana, Capítulo 1: El Símbolo de la Paz ~

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~ Viernes, 1ro de Marzo, Musufatu - Japón~




I - Llevo tiempo pensando sobre cómo empezó todo vaya y parece que fue ayer -

M - Así es el tiempo amigo, también a veces pienso en cómo pasó todo tan rápido, es muy divertido -

I - Así es..., Pero bueno Mirio, ¿Qué te trae por aquí? -

Mirio - Solo papeleo y formularios de rutina... ya sabes, lo de siempre -

I - Ya veo, puedes dejarlo sobre mi escritorio para que lo firme lo antes posible -

Mirio - Eso me sería de gran ayuda... bueno, por mi parte eso sería todo... me retiro -

El rubio salió al instante de la gran oficina que gozaba de una increíble vista a toda la ciudad, mientras tanto el hombre que se encontraba sentado en la silla solo pudo volver a observar aquel cielo azul que lo tenía hipnotizado desde que había llegado a su oficina, rápidamente pudo darse cuenta que el día de hoy sería fantástico, un gran clima, un sol cálido, una brisa fresca para una temperatura ideal de 19 grados, en efecto un gran día.

El regreso de la primavera.

Sin duda la primavera se había convertido en su estación favorita por muchas razones: su primer beso, la gran despedida de su maestro, su reconciliación con su mejor amiga, su lucha contra sus propios límites y más de esos recuerdos inundaban la mente de aquel hombre.

Había pasado el tiempo y ya daban las 2:30 de la tarde cuándo de pronto una mujer pelinegra que salía del elevador entraba en escena tocando la puerta esperando una invitación a pasar,  pero dicha invitación no llegó por lo cuál volvió a tocar la puerta para nuevamente no recibir una respuesta. En sus pensamientos se hacía a la idea del porqué de la situación así que con delicadeza abrió la puerta para observar como el hombre de la silla se encontraba con los ojos cerrados durmiendo pacificamente.

Aquella escena conmovió a la pelinegra que se limitó a sonreír para dejar sobre una mesa que se encontraba en la parte izquierda de la gran oficina; un par de bolsas que tenía sobre sí, retirarse lentamente los tacones que después de algunas horas sin parar ya le causaban una presión bastante irritante y poder acercarse lentamente al escritorio principal y observar detenidamente a su prometido.

M - Deberías ver lo lindo que te ves dormido cariño... Podría mirarte sin descanso todo el día,  pero hoy tienes un compromiso muy importante así que perdona por despertarte, juro que cuándo lleguemos a casa te daré muchos besos y abrazos para compensarte -

La chica quién tampoco pudo resistirse a contemplar el paraíso azul que se vislumbraba en su gran ventanal se acerco lentamente al rostro de aquel hombre que descansaba en paz para darle un beso en la mejilla y así ver como poco a poco abría los ojos viendo como ahora se encontraba acompañado de su prometida provocando una sonrisa en él. 

I - Momo... -

Momo - ¿Momo? -

I - Perdón-perdón..., Hola cariño, ¿Cómo estás? -

M - Así está mucho mejor -

La escena se había tornado bastante agradable, aquel hombre se levantó de su silla para darle un tierno beso a la chica que tenía delante sin parar de sonreírle en ningún momento provocando un sonrojo en la chica y a su vez una pizca de gracia en el.

I - Llevamos juntos unos 10 años y ¿Aún te sonrojas cuándo te beso? -

M - Cállate -

Aquello provocó que la pelinegra escondiera su rostro en el pecho del chico para que este pudiera rodearla con sus brazos y envolverla en un cálido abrazo.

Hilo Rojo ~ IzuMomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora