III

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El sonido de la alarma que puse ayer me despierta dejándome saber que debía levantarme y explorar un poco la ciudad

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El sonido de la alarma que puse ayer me despierta dejándome saber que debía levantarme y explorar un poco la ciudad.

O por lo menos la playa.

Voy al baño a asearme y después ordeno mi cama antes de ponerme un vestido sencillo por encima de la ropa de baño que eligió Leda, y un poco de rímel resistente al agua.

Voy hacia la cocina y me encuentro el desayuno preparado y unas llaves al lado.

Mi hambre es enorme desde ayer por la tarde, puesto que no comí nada, así que me termino todo lo que hay en la mesa, agarro mi móvil y las llaves y, tras cerrar salgo de casa.

Busco la dirección a la playa más cercana y me dirijo hacia allá esperando hacer algo especial o ver algo interesante.

En el camino miro las tiendas, puestos y restaurantes que hay alrededor de casa y trato de memorizarlo todo para poder ir algún otro día.

La playa estaba llena. Había gente hablando en italiano miraras donde miraras y, aunque estuve estudiando italiano antes de venir, no entendí absolutamente nada y seguramente me veo como una idiota perdida.

Me alejo de la multitud buscando un sitio más tranquilo y me encuentro con una parte de la playa casi vacía.

Sólo había unos cuantos niños jugando, sus padres sentados, los socorristas pendientes de todo y un grupo de gente jugando a vóley-playa.

Tengo las piernas cansadas así que me siento un rato a descansar y cierro los ojos pensando en qué haría ahora.

Podemos ir a alguna cafetería.

O podemos ver si hay algún antro por aquí cerca...

O podemos llamar a papá e ir con él...

O pode...

— ¡Scusa! — Una chica grita desde el otro lado de la playa sacándome de mis pensamientos.

Me giré confundida hacia donde provenía el grito y vi a una chica rubia y muy guapa, saludándome y señalando algo a mi lado.
La pelota de vóley estaba justo a mi lado y no me di cuenta, así que la cojo y se la lanzo con un golpe limpio de remate.

Ella lo atrapa mirándome sorprendida, le dice algo a sus amigos y viene corriendo hacia donde estoy.

Ciao, sono Cara, sei nuova qui?

¿Qué?

— Perdona, no entiendo italiano, soy de Grecia.

Menos mal que el inglés se me da bien.

Me sonríe ligeramente y se sienta a mi lado. — No te preocupes. Te dije que me llamo Cara.

— Soy Maia.

— ¿Cuánto tiempo llevas aquí en Italia?

— Pues, llegué ayer y hoy quise salir para conocer un poco el lugar.

Un verano junto a ti. (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora