Luego de 3 años fuera de la aldea por desertar. Naruto se encuentra con el shinobi num° 2 en sorprender a la gente: Sasuke Uchiha.
(Todo pasa como en Naruto clásico normal, hasta la invasión de Orochimaru, en vez de Sasuke, Naruto se fue de la aldea.)
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Probablemente reencontrarse con su ex equipo sería la ultima cosa que pensaría que pasaría apenas matara al idiota de Orochimaru.
Y probablemente los estúpidos seguían con sus malditos pensamientos de que no era malo por querer serlo (no es un chico malo, solo quiere ser él mismo).
En especial el idiota de Sasuke, ya se había convertido en un shinobi, tenía los ojos malditos y un ejército de fans que darían todo por él.
¿Porqué no lo deja en paz?
Era lo que pensaba el contenedor del nueve colas al ver a sus antiguos compañeros y su maestro, junto a otros dos desconocidos.
Sasuke traía el típico chaleco verde oscuro que portaba un shinobi, con sus pantalones y sandalias ninja del mismo color, negro. Y su diadema ninja relucía en su frente impregnada con gotas de sudor.
Sakura estaba igual, solo que con el cabello corto y una mirada de horror.
Kakashi miraba incrédulo hacia mi.
Los desconocidos lucían intranquilos pero no asustados. Uno era de tez pálida y ojos y cabello negro, un adolescente. Él otro era un adulto, con el mismo traje que Kakashi y Sasuke, cabello castaño, ojos saltones con ojeras muy oscuras abajo de ellos.
Mi rostro probablemente estaba manchado por la repugnante sangre de Orochimaru, mi camisa blanca si estaba manchada más o menos.
El ambiente estaba sumido en un silencio tenso e incómodo. Yo y Sasuke no quitábamos la mirada del contrario.
-Así que...- empecé, alzando un poco la voz para que me escucharan desde la altura en la que estaba-. ¿Han venido aquí sin más refuerzos?- sonreí con burla.
-Naruto... ¡Vuelve a la aldea!- gritó Sakura.
Me quedé callado, no la quería escuchar a ella. Sasuke me veía incrédulo, con rabia contenida y... ¿Un sonrojo?, No probablemente esté alucinando de la emoción que tengo por querer pelear con él, probar su fuerza.
Salté con suavidad de mi lugar, descendiendo con una tortuoso lentitud, Sakura estaba a la derecha, Sasuke en el medio y el pálido inexpresivo a la izquierda, ambos a la defensiva.
Posé mi brazo derecho en el hombro de Sasuke, acercándome a él, finalmente estuvimos en una posición que parecía un abrazo, conmigo cerca de su hombro y cuello.
Los dos mayores estaban a sus espaldas, mirando con atención sus acciones.
-Un pajarito me dijo que ya eres fuerte. ¿De verdad lo eres?- le susurré a Sasuke, llevando mi otra mano hacia mi katana.
