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-Una hora más...- dijo él, viendo cómo su avatar terminaba la misión que tenía desde hace cinco horas.
Vió la hora en el reloj 3:42 a.m, suspiró y sus pestañas rizadas se sacudieron.
De pronto el timbre de su teléfono sonó con una notificación de llamada entrante de un número desconocido.
Naruto con desconfianza, aceptó la llamada. Primero no escuchó nada, solo una respiración pesada y agitada.
-Aló?- preguntó él, sin tener esperanzas de que alguien verdaderamente contestara.
-¿Eres Naruto?- para su sorpresa, si respondieron.
-Si, soy él. ¿Por?-
Nadie le contestó porque habían colgado. Naruto miró eso con extrañeza.
Pronto el ícono de videollamada apareció en su pantalla.
Naruto, guiado por el insomnio y la curiosidad que aquél número le provocó, deslizó su dedo para contestar.
La cámara del desconocido mostraba un fondo oscuro, solo se escuchaban suspiros al igual que la llamada normal.
Pronto, una persona apareció, solo con su pantalón de pijama que mostraba un bulto, un muy gran bulto.
Aparte, el abdomen descubierto de la persona, mostraba una tableta marcada muy, muy palida.
Su mirada viajó hacia la entrepierna del otro, asombrándose por la gran cosa que resaltaba ahí.
Suspiró y se quitó los auriculares que tenía y se paró, con su teléfono en la mano.
Buscó un lugar donde poner su teléfono y se viera él al mismo tiempo, cerca de la cama encontró el lugar perfecto.
Con lentitud vió como el hombre a través de la cámara, se bajaba el pantalón y los boxer, solo un poco, para mostrar su miembro. Era de un color más oscuro, con el glande un tono rosado claro.
Naruto sintió que sus orejas se ponían calientes y sus mejillas ardían, estaba sonrojado.
Su entrepierna chorreo un poco, en señal de estarla pasando bien.
No quitó su mirada de la pantalla de su teléfono, aún con los ojos puesto en esa erección.
La persona del otro lado empezó a acariciar la punta de su pene, agarrando con su otra mano a la mitad, y Naruto no pudo sentir mas envidia que esa mano.
-¿Te está gustando?- preguntó él desconocido, sin dejar de acariciar su glande.
Naruto sin siquiera parpadear, asintió, con ganas de que ese pene le rompiera el coño.
-Hmp.- una risita suave provino del otro lado y al mismo tiempo, dejó de acariciarse para empezar a masturbarse.
Naruto se tapó la boca con su mano, y otro chorro de lubricante salió de su vagina.
