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- Estoy pegajosa - me quejo, Lance se ríe dejando la botella de champagne que considera una tradición para los 1 en cesped y se acerca a unir nuestros labios.

Sabe al pastel que tenia el 1M dibujado en color rosa que dejamos a medio comer.

Le extiendo mi telefono a Lance volviendo a ver por mi cámara en busca de la toma correcta de la fogata aunque me moleste la sensación en mi cuerpo. El castaño sabe encontrar lugares bonitos y aquello, con los outfits y tomas correctas me llevaron al millón que me llevó al pastel que está sobre el capó del deportivo.

- Oh, mira. Esta está bonita pero hay un pedazo de ti.

Se inclina a verlo y sonríe levemente.

Está de espaldas y podría confundirse con cualquier persona.

- Me gusta.

- No lo sé, tener seguidores curiosos es algo extraño.

- No se darán cuenta.

- ¿No tendrás problemas?

- Hablas como si estuviese casado - la carcajada que suelto le hace gracia y termino aprobando otro par de fotos, otro par de videos cortos y guardando para mi álbum personal una de nosotros muy cerquita.

Podría llamar a esta la quinta reunión, a un par de dias previos a navidad.

Todo el mundo en el bloque de mi edificio fue a casa, yo cenaré con la familia de Meg en Malibú en noche buena.

- ¿No volverás a casa?

- ¿Qué?

- Para navidad.

Oh.

- No, pasaré navidad con la familia de mi amiga - miro mi collar en su muñeca, se había perdido en la playa en nuestro segundo encuetro, después lo vi en su brazo.

No me lo devolvió, pero me obsequió uno que luce como algo que no puedo pagar.

- ¿Irás a casa?

La cara que pone me hace gracia, Lance no sabe guardarse los gestos y me gusta.

- ¿Canadá? Si, mamá quiere que estemos con ella.

- Hmm, ¿que hacen los muy ricos en navidad?

- No se, cosas como los mortales supongo. Quiero una casa aquí.

- ¿Quieres vivir en California?

Se encoge de hombros.

- Quiero retirarme a veces - susurra y dejo de lado la cámara para obsquiarle toda mi atención - no se. Tengo un contrato para 2023, aunque no me suena del todo bien.

- Lance, ¿qué es tan malo en lo que sea que haces?

Me atrapara entre sus brazos, mojándose de champagne también.

- En si, no hago cosas malas.

- ¿Entonces?

- Me esforcé toda mi vida para estar donde estoy, pero aún así creen que mi asiento está pagado por el gran Lawrence Stroll.

- Lance...

Besa la punta de mi nariz y me cuelgo de su cuello.

- ¿Por eso planeas darles el gusto? Muy mal, señor Stroll. Muy mal - me besa subiéndome al capó y miro nuestro alrededor, solo hay una casa en venta en la mitad del bosque. Beacon Hill es hermoso - apuesto a que eres genial.

- Eh, eso es cuestionable, lo compenso siendo lindo.

- Cállate.

- Deberías verme alguna vez.

Sus ojos marrones me detallan, acariciando mi rostro lentamente.

Lance.

Me gustas.

No tienes que gustarme.

Porque desaparecerás semanas otra vez y seremos como extraños hasta que vuelvas buscando un poco de mi.

Corto mi ilusión y le beso, sea quien sea Lance Stroll, es mucho mejor que no lo sepa.

Para no decepcionarme o aún peor, no ilusionarme.

- Feliz navidad, Lance.

Aunque falten unos dias. Pero se que no volverá en un tiempo.

- Aún no es navidad.

- Bueno, será sábado, solo te veo los martes.

- No tienes tiempo otro día que no sea martes.

Pero siempre estoy aquí.

Lance se mueve, mis pies descalzos en el cesped y una melodía leve que tararea me hace cerrar los ojos.

Estoy yendo más allá de lo que debería.

- ¿Crees que el próximo martes podamos ir más allá?

- ¿Dónde?

- No lo se, solo pienso, más allá de California.

Me gusta su idea, de hecho, siempre tiene buenos planes.

Disculpa, Te amo | Lance StrollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora