Maktub ||04||

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La marea en esa mañana golpeaba los arrecifes, subiendo y bajando a un ritmo constante. Sus animales salían a la superficie para entretener y deleitar a todos con sus finos movimientos, y sus hermosos canticos.

——«Es hermoso este panorama»—Dijo Tauriel tomando asiento sobre una de las inmensas rocas que se situaban en el centro del arrecife.

——Lo es, más cuando la temporada del regreso del tulkun se está acercando—respondio Tonowari en las aguas, sentado sobre el lomo de su gran tsurak.

——«Los tulkun's...»— sus manos se detuvieron por unos escasos segundos—«Sin duda son criaturas preciosas, que, llevan consigo felicidad a sus cercanos»

——Pero no parece que traigan felicidad hacia ti...—respondio Tonowari.

——«Ellos no son los culpables de mis malas decisiones»—las orejas de Tauriel poco a poco se agachaban.

Las palabras no pronunciadas transmitieron el mismo impacto, ese sentimiento de saber que algo afectaba a la otra persona fue percibido por Tonowari.

——«Fue en el tiempo de las primeras canciones de los tulkun, el día que se desbordó la guerra en el sur»—ella mantenía su vista fija en su mayor—«en ese entoces era joven, no divisé el peso que traería mis decisiones. Solo estaba molesta por lo sucedido, quería tomar venganza por la muerte de los tulkun, de mi hermano espiritual»

Un suspiro profundo salió lentamente de la boca de la Tshaki.

——«Pero ese día perdí a mi compañero y perdí mi voz»—sus ojos se tornaron cristalinos—«unos días después perdí a mi bebé»—las lágrimas resbalaban por las mejillas azuladas de la metkayina.

Tonowari no tenía palabra que decir pues jamás paso por su mente que su Tshaki enfrentará un panorama como ese.

——«La llegada de los tulkun no es un acontecimiento que traiga tristeza, solo me hace sentir que las cosas pudieron haber sido diferente»

El Olo'eyktan bajo del lomo de su tsurak ingresando al agua de esta forma. Subió a la gran roca donde se encontraba sentada Tauriel.

——Por más difícil que sea para ti no debés mirar hacia el pasado recogiendo tristezas para traerlas al presente—ahora se encontraba sentado al lado de la Tshaki—debes soltar, por tu bienestar y por la tranquilidad de aquellos que amaste con todo tu ser.

Tauriel prestaba mucha atención a las palabras consoladoras de Tonowari.

——Estoy seguro que ellos desean lo mejor y la felicidad para ti—levanto su mano izquierda y con sus pulgares limpió las lágrimas de Tauriel.

En ese momento Tauriel sintió un ligero brinco en su corazón, también sintió esa sensación de protección, y tranquilidad con esas palabras.

——«Muchas gracias»—ella no se lo pensó más y simplemente lo abrazo.

Tonowari no la detuvo, con ambos brazos la cubrió, acariciando con una de sus manos la cabeza de la joven na'vi, por último dejo un beso sobre su frente.



Después de esta conversación pasaron dos meses más y Olo'eyktan, y Tshaki se volvieron más unidos, pero esta unión era más profunda que se podía diferenciar ante los ojos de cualquiera.

——¿Que opinas de esta caracola, no piensas que es hermosa?—hablo la pequeña Tsireya mientras analizaba esa caracola en forma de cono.

——Es linda, me gusta mucho—respondio Ao'nung—pero ven, ven.

El joven nadador llamo a su hermana usando también sus manos como seña referente a eso.

——¿Que sucede?—Tsireya dió pequeños bronquitos en las puntitas de sus pies hasta llegar donde su hermano.

——Quiero hablar contigo sobre un tema, muy, muy serio—palmeo con su mano la arena indicándole a la pequeña se se sentara.

——Está bien—le sonrió sutilmente mientras se sentaba—¿cuál es el tema?

Antes de hablar Ao'nung observó rápidamente su alrededor, Tsireya por otro lado tenía una mirada confusa por las acciones de su hermano mayor.

——No sé si lo habrás notado pero nuestro pare y la señora Tauriel como que en estos dos últimos meses han estado más unidos de lo habitual—una facción dudosa se dibujo en su rostro.


——Si lo he notado, incluso hace dos días ví como mi padre le daba un beso en su mejilla—Tsireya tapo su boca con la palma de su mano soltando una que otra risita—pero como soy buena niña, hice como que no ví nada—sonrió.

Ao'nung no pudo evitar reír ante las palabras de su hermana.

——Entonces... ¿vamos a hacer un plan para que se vuelvan una pareja?—Tsireya entrelazó sus manos y levanto sus cejas.

——Si, espera, ¿que estás diciendo?—Ao'nung tartamudeo un poco.

——Pues esto de volver pareja a nuestra Tshaki y a nuestro padre, ¿no era esa la razón por la cual me hablaste sobre eso?—apreto sus labios en señal de puchero.

Ao'nung no comprendía cómo su hermana había llegado a esa conclusión.

——¿Cómo se supone que dos niños hagan eso?—pregunto Ao'nung.

——Dejame todo a mí, sigue a tu maestra—una sonrisa con malicia acompaño esas palabras.



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𝐌𝐚𝐤𝐭𝐮𝐛 || 𝐓𝐨𝐧𝐨𝐰𝐚𝐫𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora