JoJo's Bizarre Adventure: Mechanical Sky

Exijo Ser Un Héroe

JoJo's Bizarre Adventure: Mechanical Sky #5

Exijo Ser un Héroe

24 de febrero de 1958.

Estar muerto era relajante, pensó Roger, al despertar en una cama limpia, grande y cómoda; en una casa amplia y ornamentada, con luces suaves e incluso una máquina metálica que daba vueltas y lanzaba aire frío en su dirección. Saltaba a conclusiones muy rápido sin analizar bien su entorno, y eso amplifico la sorpresa cuando el dolor le hizo darse cuenta de que seguía con vida; no era dolor de heridas en su cuerpo, todas habían desaparecido, incluso el dedo que le habían arrancado estaba en su sitio de nuevo, sino el dolor de una nueva cicatriz, su primera cicatriz, entre su cuello y su hombro, Roger intento sobarla y echarse saliva para calmar el dolor, pero como parecía ya ser la regla, sus esfuerzos fueron en vano y la cicatriz en forma de estrella siguió esparciendo un horrible ardor por la espalda de Roger.

Salió de la habitación a un pasillo vacío, la primera puerta que abrió lo llevo a un baño, dentro del baño había una ducha, no pensó mucho y se metió. Era rara la vez que tenía la oportunidad de ir a una ducha pública, y prefería no hacerlo, ocultarse de las miradas de los viejos morbosos, estar apurado y lavarse en segundos, el agua fría congelando sus huesos, todo era horrible; pero donde estaba ahora era diferente, no había nadie que lo viera, no tenía afán alguno, es más, era deliberado y lento, disfrutando como el agua caliente recorría su cuerpo. Ya no recordaba la última vez que había hecho algo así, que había tenido una oportunidad así, por eso decidió no pensar mucho sobre que pasaba y simplemente se quedó restregándose en silencio.

Un hombre esperaba a Roger afuera, dio un grito al verlo, el hombre simplemente dejó salir un suspiro y se tapó los ojos.

-Casi no despiertas. Vístete, te explicaré todo en un momento.

A Roger le latía con fuerza el corazón, el hombre frente a él era el mismo que casi lo mata, estaba confundido y seguía alerta, pero no tenía más opción, se vistió y siguió al hombre a la sala, donde estaban sentados Adam y Helena. Cuando todos estaban sentados, no hubo demora y el hombre empezó a hablar.

-Mi nombre es Thomas Zeppeli, soy uno de los recolectores de deudas de Uroboros, tal vez me conozcan mejor como Dr. Feelgood, pero eso no es relevante ahora, solo lo digo porque saber el nombre de la persona con la que hablas genera confianza, y necesito que confíen en mí. -La voz de Thomas era convincente y amable, su expresión facial, su mirada, su lenguaje corporal daban todos a entender una calidez y seguridad. Adam y Roger lo creyeron fácilmente, pero Helena vio que eso no era nada más que una máscara, porque, pese a que sus intenciones no fueran malas, ella pudo ver en él las gotas de sudor que no bajaron por su rostro, las dudas, el miedo. -Sé que es difícil confiar en alguien que trató de matarlos, pero he tomado una decisión, y pese a que esto sin duda me pondrá en riesgo, estoy dispuesto a hacerlo por ustedes. -Al enfatizar que hacer lo que hace le cuesta algo, generaba un sentimiento de responsabilidad en los Joestar y aumentaba la posibilidad de que aceptaran su propuesta. Thomas los miraba fijamente a los ojos sin romper contacto visual para ejercer presión. -Puedo mandarlos en barco a Italia, donde vive mi familia, pero deben de irse hoy mismo, para mañana, a esta hora, ustedes estarán en un barco rumbo a Italia y la mafia recibirá tres cuerpos carbonizados que serán "ustedes".

El silencio reinó en la habitación, nadie se atrevía a decir nada.

-Comprendo que puede ser demasiado repentino, y deben estar cuestionando mis razones, especialmente ustedes dos, -Thomas miro a los hermanos JoJo. -pero no tienen otra opción, si se quedan aquí los perseguirán hasta matarlos, lo que les ofrezco es la única salida.

-¡Sí!, vámonos, no hay nada que valga la pena en este hoyo de todas formas. -Roger fue el primero en hablar, y no tenía nada en contra de la idea, al contrario, era perfecto para él; no tener que lidiar con las cosas penosas que hizo, no tener que aguantar frío en las noches y calor en los días, no tener que temer que alguien lo mate mientras duerme. Irse de La Isla y jamás volver, un sueño hecho realidad.