JoJo's Bizarre Adventure: Mechanical Sky #12
Master Of Puppets1 de mayo de 1958.
Christine seguía sin acostumbrarse a hacer su propio desayuno; no se quería acostumbrar. Incluso si aún tuviera las criadas que lo hacían por ella, no cabrían en esa diminuta prisión que la hacen llamar casa. Las paredes no tenían pintura y cuando llueve gotea agua por el techo, los vecinos eran ruidosos y no la dejaban dormir, a través de la única ventana solo se veía otro edificio; a duras penas entraba la luz.
El desayuno era horrible; Christine no sabía cocinar. Su muñón le ardía, el pie no había sido suficiente; quería arrancarse todo el cuerpo, arrancarse el dolor, dejar de ser y empezar a volar. Deseaba poder saltarse la mañana, que era siempre la peor parte de todos los días; era imposible y tenía que aguantar. Se acercó con miedo hacia la puerta, al revisar no había nada; ni una carta, ni un papelito con un nombre o una dirección, hoy no tengo que matar a nadie, pensó Christine, suspirando aliviada.
Agarró el collar de Uroboros, odiaba tener que ponérselo todas las mañanas, pero se reía al recordar lo mucho que Roger le insistió que consiguiera un collar para que ambos tuvieran parejo el accesorio de Uroboros. Roger, ¿hace cuánto no lo veía?, pasaron mucho tiempo juntos cuando perdió su mano, ella lo acompañó de la misma forma que él a ella cuando perdió su pie. Ahora Roger parecía una nueva persona, abandonó esos horribles zapatos de oro y los cambió por unos negros y elegantes, su ropa ya no era vieja y desgastada, ahora vestía como un caballero debería. Christine aún disfrutaba la compañía de Roger, pero ya no era cuando recién lo había conocido; ahora con un stand se perdió ese misterio y esa magia, ahora que no romantizaba la pobreza y sentía el miedo de no saber que iba a comer al otro día, comenzaba a extrañar cuando sus criadas le llevaban la comida a su habitación y su ropa era elegida por su madre, eran mejores los estrechos vestidos a la ropa vieja y pesada que ahora tenía. Tenía la libertad que siempre quiso, y lo único que no podía hacer era volver a casa.
No era tan malo, quería convencerse de que no era tan malo, disfrutaba jugar dardos, quemar hojas secas, orinar en la ducha, sacarse los mocos; quería hacer todo lo que siempre le habían prohibido. Era libre, veía a los miembros de Uroboros reclamar el mundo sobre una montaña de cuerpos, la sangre que ella tenía en sus manos era entonces la prueba de que el cielo era suyo, ¿entonces por qué no surcarlo?, ahora pasaba sus días disfrutando del poder de Dreams, escondiéndose del mundo en la eterna luminosidad de las nubes, revelando su belleza en el reflejo imperfecto del océano. A veces el vuelo le producía un extraño vértigo, sentía que las nubes iban a hacerse de acero y aplastarla, que la luna la jalaría y la ahogaría entre las estrellas, que sus alas se derretirían por volar muy cerca del sol.
Mientras estaba sentada en una banca, un obrero se acercó a ella.
—Señorita Pendleton, ¿podemos hablar? —Preguntó el obrero, con una pizca de temor.
Christine se sorprendió al ser reconocida, y preparó a Dreams en caso de necesitarlo; al ver que el obrero no vio su stand, asintió con la cabeza, intrigada.
—Perdón sí soy irrespetuoso, ¡pero tus padres están haciendo la vista gorda a algo importante! Soy el jefe en una fábrica que le pertenece a tu familia, y durante las últimas semanas, unos delincuentes vienen todos los días a robarnos y vandalizar, intentamos detenerlos, ¡pero casi nos matan! —El obrero hablaba con tristeza y rabia en su voz. —Tus padres se niegan a hacer algo porque dicen que solo Uroboros puede ayudar con ese problema, pero si les avisan se meterán en problemas con ellos. Es patético estar pidiendo tanto a ti, lo sé, pero si las cosas siguen así, terminaremos muertos.
—¿Uroboros?, ¿mi familia?, ¿no pueden contratar seguridad privada? —Preguntó Christine, desconcertada. —No sé de ningún lazo entre mi familia y Uroboros.
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JoJo's Bizarre Adventure: Mechanical Sky
Ação"¿Te quedarás mirando al cielo desde tu jaula de oro?, sabiendo que cada estrella te pertenece, ¿o te liberarás?, abandonando todo lo que es tuyo, pero sabiendo que ya no hay cadena que te impida volar junto a las estrellas" Tras la segunda guerra m...