[1] Llegada

434 32 0
                                    


Realmente lo último que esperaba era terminar volviendo al lugar de mi adolescencia por culpa de mi desesperado romance en mi adultez, mi pequeño yo estaría sorprendido de eso, ya que solíamos ser algo inquietos, pero no problemáticos para mis dos padres

No me sorprende demasiado el asunto, igualmente no fue mi culpa, nada de esto lo fue ni lo será... No era necesario que Natalan me pusiera una orden de restricción por insistirle en que se casara conmigo, tuviéramos una relación y estar en su casa sin su autorización, ¡qué exagerado!

 Pero es tan lindo

Lo amo con toda mi alma.

Ya lo extraño, desearía poder estar nuevamente a su lado mientras nos besamos una vez más, solo una vez más y estaría en paz

¡Mierda!, había olvidado que debía bajar del bus, estúpido, estúpido... Me preparé rápidamente para avisar al conductor que necesitaba bajar en la siguiente esquina, acercándome a su asiento y pidiendo con un tono de voz lo suficientemente audible.

— Holaa, ¿puede dejarme en la esquina siguiente?, por favor.

Sentí que hizo un ruido de afirmación y fui rápidamente a tomar mi mochila junto al bolso en los que traía mis cosas, para después sentir como paraba para dejarme bajar en ese lugar y no dudé ni un solo segundo en hacerlo, agradeciendo ya estando abajo para caminar hasta la parada en la que tuve que bajarme, pero no lo hice, ¡por estar pensando en ese hermoso hombre!, claro... apenas llegué al punto de encuentro, logré divisar el auto de mi padre Vegetta, con él mirándome con una sonrisa al lograr estar conmigo después de mucho tiempo.

— ¡Mi niño!, tantas lunas sin vernos, eh... Déjame que te ayude con tu bolso que debes estar cansado.

Solo pude asentir y subí al auto, tomando mi sitio después de años en los asientos traseros junto a mi pequeña o pequeño Leo, ahh. Tiene 13 años ya y nos contó que era género fluido, pero eso no es importante ahora.

— Hello, my child, how are you? — Me preguntó mi padre, Foolish apenas entré al vehículo, con aquella voz suave y dulce que tanto le caracterizaba, extrañaba escucharlo.


— Hi dad, I'm fine — le respondí con una sonrisa mientras comenzaba a desordenar el cabello de Leo al mover su gorra roja con diversión, en forma de saludo de hermanos, aunque solo me sacó la lengua cuando terminé con mi maldad.

Vimos a mi padre subirse al auto para cerrar con delicadeza y encender el auto para ir a casa, se notaba que no tenía intenciones de hablar aún, ya que solo pusieron música en la radio mientras yo observaba el paisaje, viendo cosas nuevas y algunas antiguas... todo era diferente pero me gustaba.

— ¿Sabes, hermanoier?... llegó gente nueva y hay un híbrido de oso raro que seguramente entra en tu tipo de chicos, parece que es uno rebelde o simplemente es de esos malos. — me dijo ella sin ningún tipo de filtros, a lo que mi pa vegetta solo soltó una carcajada con total diversión.

— ¡Heey!, no me enamoraré de gente solo por lo que son, aparentan o por como lucen. —Solté casi como una queja, frunciendo el ceño mientras dirigía mis manos hacia atrás para arreglarme la bandana negra que llevaba, accesorio que combinaba con mi suéter del mismo color y un tenue maquillaje para finalizar el conjunto.

Luego de eso comenzamos a reír juntos por temas que salían de la nada misma, algo que también extrañaba de ellos y por supuesto, necesitaba volverlo a hacer después de que mi vida entera se fuera por la borda.

Claramente, este sería el inicio de mi nueva vida en este lugar, no sé lo que me espera, aunque estoy dispuesto a hacer de mi vida una aventura misma y sea lo que sea, universo, quiero decirte algo

No importa lo que traigas para mí en el futuro, lo aceptaré y me mantendré de pie porque soy el gran Roier De Luque Brown y lo que he aprendido de mis padres adoptivos es que nunca hay que rendirse por más obstáculos que la vida te ponga.


Así es como comienza mi nueva aventura.




Guapito, you are mine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora