[14] Te acepto.

132 12 1
                                    


Arena, sentir la arena en mis pies, estaba tibia, pero era una sensación que extrañaba, quizás mis extremidades seguían entumecidas y adoloridas, pero nada podía arruinarme esa sensación en ningún momento, nada ni nadie... No me importaba si Cellbit estaba detrás de mí viéndome y esperando encontrar otro buen ángulo para sacarme una foto, según el ""hay que mantener pruebas de que estuviste bien"", aunque bueno, es lo que le conviene, que nadie me vea incómodo.

- Te ves tan hermoso como la primera vez que te vi, tan bello como la primera sonrisa que me diste y tan jodidamente hipnotizante como cuando te vi bailar por primera vez de forma sensual enfrente de mí, eres perfecto. - Soltó Cellbo de la nada mientras tomaba la última foto en donde el sol que se estaba escondiendo hacía que me viera simplemente como un modelo.

- ¿Cómo es que tomas fotos tan maravillosas?, me encanta, hasta me besaría a mi mismo si pudiera.

Ambos soltamos un par de carcajadas y lo esperé en mi lugar mientras el guardaba la cámara en su mochila, comenzando a adentrarme en el mar cuando nos tomamos de las manos, hace tiempo no nos relajábamos así.

Llegué a tal punto que olvidé el daño que me hizo mental y físicamente, pero ya no puedo quejarme, ¿no?, todo está mejorando... me gusta.

- Roi, algunas olas son grandes, así que tienes que saltar para que no te ahogues, pero si tus pies duelen podemos volver a orilla, ¿cómo te sientes ahora? - preguntó, sacándome de mis pensamientos junto a una ola que no logré ver y que me pudo haber ahogado si Cellbit no me hubiera impulsado ligeramente hacía arriba por el nuevo agarre en mi cintura, haciéndome sonrojar de la vergüenza.

- Cellbo, espero que nunca más vuelvas a lastimarme así junto a Cucurucho, también... Gracias, me hubiera ahogado si no estaba cerca de ti, pero ahora puedes soltarme, ayúdame a llegar hasta donde está nuestra sombrilla porque siento que con la presión con la que el agua se devuelve por donde vivo, me va a llevar con ella y no tengo mucha fuerza aún. - me comencé a quejar con él antes de que me tomara de la mano y llevara a la orilla.

Se supone que sigo enojado, decepcionado, triste con el, también afectado por todo lo que pasó, pero no podía, sus ojos celestes me hacían perderme en su mirada, ahora se estaba comportado bien y hasta estuvo protegiéndome, cuidando que al bajar las escaleras del castillo no me cayera y que todo vuelva un poco a la normalidad.

Me senté encima de mi toalla y saqué una botella de jugo para comenzar a beberla, viendo que él se arrodillaba enfrente de mí y comenzaba a palpar mis piernas, pies y tobillos hasta hacerme soltar un quejido del dolor, él al escuchar esto solo pudo iniciar con unos masajes suaves en mis tobillos para tratar de aliviar el dolor que pronto pasaría si descansaba.

- Perdón Roi, pero deberías evitar meterte en más problemas con nosotros, solo haz caso y sé un buen prometido, futuramente... un buen marido, sé la cara bonita que siempre has sido cuando tenía que investigar sobre cosas extrañas y permanecías conmigo, durmiéndote de vez en cuando, pero a mi lado, sin importar si te llamaba tu novio. También cuando despertabas a mi lado... - miró directamente a mis ojos y yo hice lo mismo, cruzando miradas y sonrojándonos ambos, desviándola a la vez.

- Deberíamos volver a casa, no quiero enfermar ahora... guardemos. - Alejo mis pies de el y me levanto para comenzar a ordenar las cosas, siendo cuidadoso de no dejar nada en la playa, cellbit solo me miraba mientras ayudaba, haciendo todo más rápido.



Volvimos al castillo en traje de baño, dejando nuestras prendas en el canasto de ropa sucia, la basura en el basurero, comida en los muebles y todo lo demás, para luego yo irme hacia el baño  hasta entrar, preparar el agua y quitarme la bandana, volteando a verlo raro cuando pude verlo en el espejo.

- No mames Cellbit, hemos estado muchos días juntos, ¿puedo tener un poco de privacidad? 

- No, quiero ayudarte a que te quites la arena dl cuerpo, sé que te costará además, ahorramos tiempo y vamos rápido a acostarnos, quiero seguir contigo.

Solo vi que se quitó la ropa sin vergüenza ante mí, sé que lo he visto varias veces desnudo, pero me sorprendía, ver su... dios, mejor dejo de pensar en esto y vuelvo a lo mío, quitarme la poca ropa que traigo y que me ayude a quitarme toda la arena, es fácil, ¿no?

Nos quitamos todo lo que traíamos y nos metimos a la bañera que estaba lista, yo dándole la espalda al sentarme enfrente de él, entre sus piernas y sin perder tiempo, me comenzó a mojar y poner Shampoo en mi cabello frotando con cuidado y dando besos en mis hombros de forma juguetona, yo cedía mientras limpiaba el cuerpo hasta que sentí que comenzó a besar y morder mi cuello, poniéndome tenso inmediatamente y apretar su pierna, no tenía la suficiente confianza para dejar que se sobrepasara ahora, sin besos ni nada de eso, no quería aún y se dió cuenta así que dió un último beso en mi hombro y me ayudo a bañarme hasta que terminé, saliendo primero y dejándolo ahí dentro, solo.

Quizás en otro universo, si me enamoré de él antes de que apareciera Spreen, habría estado con él y Spreen no habría muerto por mi culpa, quizás hubiera sido bonito que asi fuera todo...

Pero no importa lo que hayas hecho Cellbit, todo eso fue para protegerme, pero te salió mal, no quisiste que hubiera testigos y todo esto es algo de mi imaginación, todos están bien y yo solo estoy aterrado, pero te acepto, Cellbo... solo quiero que tratemos de olvidar esto y que no me hagas daño, comportate bien conmigo y te devolveré el mismo trato.

¿Saben que extraño?, que no tuviera que temerle a Cellbit de vez en cuando por haber visto como mataba a mi ahora ex novio a sagre fría, aún recuerdo como lo asesinó y no me gusta, dios, voy a terminar recayendo otra vez.








- ¿Roier?, ¿por qué lloras? 

Guapito, you are mine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora