[13] Tristeza

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- Si me preguntan por ti, ¿qué quieres que les diga? - Pregunta el castaño a su pareja que se encontraba recostado a su lado, usando el celular ajeno y revisando absolutamente todo.

- solo diles que estoy ocupado, ahora, deja de molestar, Roier. - Le dio la espalda, haciéndolo sentir como siempre, ignorado lo que hiciera hasta que terminara de ver el dispositivo que no le pertenecía, viendo mensajes del círculo social ajeno que le decían que se alejara porque Natalan solo le hacía daño, pero Roier se negaba, él decía que lo amaba y que no lo conocían lo suficiente para saber que él no era así, pero le insistían e insistían que le estaba lastimando.

El que portaba el dispositivo se levantó y comenzó a vestir para agarrar nuevamente lo que no le permanecía, viendo como llegaba un mensaje de cierta persona que le pedía que regresara con ellos y dejara a su novio porque lo extrañaban y que en casa no lo dañarían, eso solo lo hizo enojar y comenzó a apretar su puño.

El castaño se levantó rápidamente para vestirse, claramente esa era una de las señales de su pareja antes de cometer algún acto que posiblemente le hiciera daño, pero para el esas eran muestras de amor y de que le importaba todo lo que le dijeran, celos bonitos ante su parecer pero solo ocultaba la mierda que realmente era, el simple sonido de la pared y el vidrio de la pantalla de su dispositivo lo hizo salir de sus pensamientos, el amor de su vida acababa de romper su objeto más preciado por quien sabe que razones y ahora, definitivamente no iba a soportarlo.

- ¿¡Qué mierda Natalan?!, eres un completo pendejo por romper mi celular, tú no comprarás otro.

Corrió hacia la esquina de la habitación en donde estaba su estrellado celular en el piso, tratando de ver si aún funcionaba y claramente no lo hacía, su pantalla estaba llena de líneas verdes y negras en constante movimiento, soltó un profundo suspiro y se levantó, caminando hacia la puerta sin importarle si se le quedaba algo más en la casa del chico, tenía la mayoría de sus cosas en su propia vivienda y el estar ahí era mejor, pero algo se lo impidió, una mano tomo su brazo de forma brusca y lo hizo tropezar, cayendo con su trasero al piso y soltando un quejido del dolor antes de que sintiera la mirada de su novio matándolo

- Cruza esa puerta y ya sabes lo que te espera, Roier.

Un silencio gobernó el cuarto, claramente se levantó mientras lo miraba con asco y cruzaba la puerta, desafiándolo.




















- Guapito, ¿por qué lloras? - preguntó el hombre de barba con esa maldita mirada, sus ojos celestes me hacían perderme en ellos, pero a la vez odiaba ese sentimiento, lo quería, aunque no me hacía nada más que daño.

No se Cellbit, ¿quizás es porque me tienes secuestrado en este maldito lugar?, quizás será porque no me dejas ver a mi familia, el sol, tocar pasto, ver el cielo con sus hermosas nubes, convivir con mis amigos, explorar y PORQUE ASESINASTE A MI EX NOVIO ENFRENTE DE MÍ, CARAJO.

- No es nada, cellbo... solo quiero salir de aquí pronto, estoy agotado, necesito ver el sol y tocar pasto, no me gusta estar encerrado, pero parece que es lo único que gané por desobedecerte, lo siento.

No tengo fuerzas para seguir con esto, no tengo ganas de pelear por mi libertad, yo creo que ceder es mi única opción o voy a terminar... mejor no sigo, mis lágrimas no dejan de salir, pero lo único que pude sentir fueron los dos grandes brazos de Cellbit envolviendo mi cuerpo, mi sucio y lastimado cuerpo.

- No puedo dejarte ir, Guapito... solo acepta mi trato, sé mi cómplice y casate conmigo, podrás salir y hacer una vida normal, yo no te haré más daño, pero no te alejes de mí, ¿entiendes?

No puedo creer que lo estoy pensando, pero es la única opción que tengo ahora para salir, creo que estuve fuera hacee... unos días, es mi salida y lo único que tengo que hacer es casarme, ¿qué puede salir mal?

- Está bien, casémonos, pero no creas que me comportaré cariñoso.

- Lo harás, por lo menos cuando estemos con gente o vuelves a este lugar, no pienso dejarte hacer lo que quieras.

Fui soltado, él me ayudó a llegar hasta su cuarto de baño y me dejó sentado en el inodoro, mis extremidades estaban débiles por los golpes y pisadas que obtuve aunque no de Cellbit... bueno, una pequeña parte si fue de él, pero ahora lo veo y está preparándome el agua para poder bañarme, supongo que también ayudará y eso no me molesta en lo absoluto, bueno si, solo un poco. Tardó en unos minutos en ayudar a desvestirme y meterme al agua, preguntó si necesitaba ayuda y aunque yo no quería, le dije que sí.

Pasaba sus manos por mi cabello, creando espuma para lavarlo bien y yo me limpiaba mi cuerpo de forma cuidadosa, me estaba relajando de esta forma y lo odiaba, pero seguía siendo el hombre con el que compartí momentos desde malos a buenos, era mi mejor amigo, lo era... Ahora es mi prometido, ¿no?

Ya no quiero pensar en eso, solo esperé a que terminara y que me ayudara a lo demás, yo me sequé y el me pasó ropa, yo solo me vestí, sequé mi cabello y me fui a dormir, el agua se llevó mi energía y sentía que me iba a desmayar, no sé, estoy entrando en la locura por todo esto y sé que todo es mi culpa, ¿cierto?

Me recosté y luego de un rato no estuve solo, Cellbit se puso detrás de mí y me abrazó, al principio solo me hizo cariño en la cabeza, después cedí y deje que me abrazara e hiciera cucharita, era lo que necesitaba, sentir que todo iba normal, que nadie murió y que tampoco me tenía ahí en contra de mi voluntad, ahora solo soy yo y... Mi futuro esposo.





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Perdón por demorar taaanto, me olvidé
/c hace el menso

Guapito, you are mine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora