Capítulo 4.

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Su respiración era pesada, sus ojos estaban cerrados y aquel audio se repetía una y otra y otra vez.

"Estás en el perfil del Lobo, tengo suficiente tiempo para sexo telefónico"

Un par de jalones más a su falo endurecido y Victor llegaba al orgasmo soltando su esencia en hilos blanquecinos que bañaban su mano y parte de su ropa interior.

—Perdedor.—susurraba para si mismo mientras intentaba calmar su pulso.

Se maldecía por no haber podido mantener aquella llamada telefónica, pero le había gustado, si que le había encantado. El chico del otro debía de ser verdaderamente atractivo para poseer aquella voz tan grave y masculina.

Fuentes se moría por ver el rostro del dueño de aquel timbre tan erótico y sensual. No sería la última vez que llamaría, estaba seguro de que volvería a hacerlo, pero no sabía cuándo. Había guardado en su teléfono el perfil de el Lobo.

Volvería a contactarlo a él.

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El azabache estaba dentro de la cabina intentando parecer no afectado respecto a su primer llamada.

—Kellin. —Landon daba una palmada fuerte en su hombro derecho—. ¿Cómo se sintió? Duró bastante para ser el primero.

Bostwick intentaba sonreír, se sentía algo avergonzado.

—¿Suelen ser más cortos que eso?

—Si, ya sabes. El operador se pone nervioso, el cliente lo nota y corta. —exclamaba su supervisor—. Por eso muy pocos escogen hablar con los operadores nuevos, pero se ve que tu voz es especial. —daba un codazo al azabache.

—Solo fue un llamado —replicaba un Kellin más relajado.

—Con dos más esperando para hablar contigo ¿Alguna duda que pueda resolver antes de derivarte las llamadas?

Si, si había una duda, pero no sabía si era correcto preguntar.

—Tengo una —exclamaba. Landon asentía esperando a resolver su inquietud—. ¿Tú tienes forma de ver los números de los clientes que llaman? —Landon abría sus ojos y levantaba sus cejas.

—Kellin, sin información privada de operador a cliente. —replicaba.

—Si, pero yo soy el que te pide la información.

—¿Te enamoraste en el primer llamado? —soltaba burlón.

—No es eso. Simplemente quería saber si te figuraban. —se sentía un idiota.

Landon reía despreocupado—. Tranquilo, a muchos les sucede —agregaba—. Puedo ver los números, pero tengo prohibido dárselos. Así que olvídalo, no es seguro y la señora Baker vela por su seguridad.

Un puchero de frustración se hacía presente en el rostro simétrico de Bostwick. Landon lo encontraba adorable.

—Preparate —ordenaba con una palmada en la espalda—. Te pasaré la segunda llamada. ¡Suerte! —gritaba tras él para salir y dejar a Kellin en su mundo.

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Las cuatro horas transcurrieron y Kellin supo desenvolverse, aunque estaba seguro de que la última llamada era un señor cincuentón que le había provocado un escalofrío de asco.

Al igual que Jacob, se relajaba y pensaba en el dinero, tomaba su teléfono y salía último del lugar, el resto de los operadores le habían dado una bienvenida divertida, aunque había aclarado que solo estaría dos veces a la semana.

—La señora Baker se va a sorprender con tu buen tiempo de conexión. Créeme que todos los clientes de esta noche volverán a contactarte —soltaba Landon.

𝗘𝗿𝗼𝘁𝗼𝗳𝗼𝗻𝗼𝗳𝗶𝗹𝗶𝗮 | Kellic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora