II

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El camino era eterno, llevaba alrededor de cuatro horas dentro del auto. Los árboles cruzaban a través de la ventana mientras que le lluvia golpeaba la ventana con fuerza. Logré pensar en dos posibilidades, la primera; era abrir la puerta y tirarme, con suerte caería bien y correría bosque adentro. Mientras que la otra no era tan buena... mi cuerpo solo se dañaría más y al estar inválida en medio de la carretera los hombres me alcanzarían en menos de dos minutos. Así que solo pegué mi cabeza al respaldo evitando cualquier tipo de contacto con los hombres a mi lado.

El camino era silencioso, dos de ellos iban en la parte delantera, el del copiloto llevaba una larga y grande arma, a diferencia de la que estaba a mi lado, que era pequeña y la llevaba a un lado de su cintura. Trague grueso.

No podía evitar pensar en la pequeña Alicia, me dolía el pecho de pensar en lo que debía estar pasando, mientras que yo estaba a kilómetros de distancia sin poder hacer nada.

Me limpie con rapidez la lagrima que cayo por mi mejilla, el sujeto a mi lado se giro hacia mi, sus ojos permanecían fijos, no aparto su mirada hasta que baje mi mano con cuidado, el roce del asiento del auto me dolía, mis manos en este momento se encontraban delicadas.

—Wie heißen Sie. —hablo uno de los hombres a mi dirección, sin entender, baje mi cabeza mostrándome vulnerable.

—N-No entiendo lo que me quieres decir...— respondí como pude, mis labios estaban temblorosos.

El suspiro. —¿Cuál es tu nombre?

Negue cabizbaja. —No lo recuerdo.

Los tres hombres soltaron una carcajada, no dije nada más, recargue mi brazo sobre el respaldo de la puerta y me dispuse a ver los arboles que pasaban por la ventana, ignorando a las personas a mi alrededor.

🥂

Un movimiento brusco en mi brazo me despertó, mire a mi alrededor tallando mis ojos.

—¡Levántate!

Reaccione de inmediato bajando del auto, las pequeñas piedras se incrustaron en mis pies, hice una mueca de dolor. El hombre por detrás tomo ambos brazos cruzándolos por mi espalda, me exalte un poco sintiendo un frio metal alrededor de mis muñecas.

Me tomo ambas manos y caminamos bosque adentro, a lo lejos pude ver dos pequeños focos amarillos arriba de una gran puerta negra, arriba de esta estaba un cartel que decía; Gefahr.

El hombre de la arma grande tomó la manija de la puerta y la abrió haciendo esfuerzo, una habitación blanca y espaciosa nos recibió. Una mujer rubia estaba sentada frente a una computadora moviendo sus dedos con una velocidad sorprendente sobre el teclado.

—Wir Kommen, um den Herrn zu sehen. —espeto, el hombre que me sostenía.

—Nun, wie heißt die Frau. —respondió la mujer.

—Unbekannter Name.

—Du kannst rein kommen. —la mujer estiro el brazo entregándole una tarjeta al hombre, sentí el jaloneo en mi muñeca, de inmediato reaccione caminando hacia la única puerta que había.

El hombre paso la tarjeta por un interruptor, después de unos segundos se abrió soltando humo por debajo.

Toci un poco alejándolo con mi mano, avance por un largo iluminado pasillo, en la esquina de el pude ver una cámara. ¿Qué lugar es este?

Después de caminar alrededor de dos minutos mis ojos empezaron a arder, baje un poco la cabeza cerrándolos con fuerza. Parpadee un par de veces intentando acostumbrarme a la iluminación.

Mi próxima perdición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora