Capítulo 12

392 32 5
                                    

Intenté bajar rápido, pero al intentarlo un par de demonios estaban ahí, al verme intentaron atacarme, así que volví a subir las escaleras corriendo. Había una gran terraza y sin darme cuenta mi cuerpo se movió por sí solo, tal vez por la adrenalina que estaba sintiendo, salte de la terraza.

Estaba aterrada, pero a la vez tenía la necesidad de buscar a Lancelot. Mis alas se extendieron y logre volar, por fin... desde lo alto logre distinguir a Diana con una gran armadura y peleando al lado de los demonios.

–¡Diana! –vuelo rápido hacia ella y bajo mis alas– ¿Qué está pasando? ¿Has visto al Rey Demonio?

–¿Qué mierda haces aquí? –Diana me miraba de una manera tan fría que sentí una punzada en mi pecho– deberías estar muerta...

–¿Qué estás diciendo? –Diana suelta un gran suspiro, como si estuviera realmente molesta.

–¿No encontraste el portal?

–¿Tú lo sabías?

–Yo fui quien puso el libro de hechizos, el cual en realidad es falso, cada uno de ellos era un arma mortal el cual de una u otra forma acabaría con tu vida, pensé que lo usarías para intentar regresar al Reino de las Hadas y al cruzar el portal tu cuerpo se partiría en pedazos.

La manera tan seria y molesta que decía cada palabra para expresar el desagrado que sentía por no haber logrado su objetivo, me daba escalofríos, cómo era posible que la segunda persona en la que más había confiado aquí me haya traicionado.

Pero algo no tenía sentido Lancelot había puesto un hechizo sobre ella el cual haría que si ella pensaba en hacerme daño o si actuaba para hacerlo su cuerpo se bloquearía, Lancelot no pudo haber fallado, su magia era en extremo poderosa.

–Debes estar bromeando... el Rey Demonio te puso un hechizo, dijo que eras leal, lo que dices no tiene coherencia.

–Sí, soy leal... a los míos, al Rey, a los demonios. En cuanto al hechizo, solo implicaba que yo no podía hacerte daño, pero si usabas ese libro serias tú quien lo haría.

No quise decir una sola palabra, corrí tan rápido como pude e intenté usar mis poderes para herir a Diana, pero ella era demasiado buena en el campo de batalla, no podía luchar contra a mí, así que esquivaba cada uno de mis ataques. Este cuerpo era demasiado poderoso para manejarlo, debí haber entrenado todo este tiempo.

–No puedo seguir perdiendo mi tiempo contigo, encárguense de ella, parece que ya no es tan buena peleando como solía serlo. –Diana me mira con desprecio, escupe en mi vestido para expresar su disgusto y se marcha.

Estaba acorralada, dos demonios me tenían rodeada, fui demasiado imprudente al bajar aquí sin un arma, debía de hacer algo.

El cielo también estaba repleto de demonios y hadas, pero eran pocos los demonios que podían volar, estaría más segura ahí, alce mis alas y justo cuando había logrado levantarme un poco uno de los demonios alcanzo a tomar mi pie izquierdo, jalándome de regreso y tirándome al suelo.

Mientras uno me sostenía para que no pudiera escapar el otro estaba pateándome, use mi magia contra ellos, pero al ser inexperta no sabía muy bien cómo provocarles una herida grande. Era como un bebe intentando aprender a caminar, primero debía saber gatear y corregir mis errores, pero yo no tenía tiempo para eso.

Fue entonces cuando dos caballeros hada aparecieron, tenían hermosas armaduras de plata, debían ser fuertes para cargar tanto peso. Ambos a travesaron el pecho de los dos demonios con sus espadas y me ayudaron a ponerme de pie.

–¿Se encuentra bien su majestad? –dice uno de ellos– debemos regresar al Reino

–No puedo... debo encontrar al Rey demonio –digo exhausta– me necesita.

–No, su Reino la necesita... debe regresar con nosotros –ambos me sujetan de los brazos de forma firme.

–Como su Reina les ordene que me suelten.

–Diana, tenía razón...

–¿Diana? –no podía creerlo, qué tanto había hecho Diana, ¿ella había provocado todo? – exijo que te expliques.

–Diana, el demonio que estaba con usted hace poco, ella nos habló, ella ayudo a que todos entráramos y la guerra comenzara, ella quiere que solo uno de los dos reinos sobreviva, dijo que sería fácil, menciono que "la Reina Hada se ha debilitado, ya no es una guerrera" no entendíamos a que se refería.

–pero ahora lo entendemos –el otro caballero lo interrumpe– usted ha cambiado, no usa sabiamente sus poderes, no pelea, su actitud es otra, todo en usted ha cambiado, ni siquiera pudo combatir contra dos demonios de rango inferior, pero la ayudaremos... si decide regresar ahora con nosotros.

–Lo siento... no puedo irme.

–De acuerdo, no podemos obligarla, será como usted desee su majestad.

Ambos caballeros me sujetaron fuerte, alzaron sus espadas y cortaron mis alas, el dolor que sentía me hacía agonizar, comencé a recordar cada momento que tuve que sufrir en el hospital a causa de mi cáncer, mi cuerpo estaba temblando y sentía como comenzaron a resbalar gotas de sudor frio en cada parte de mi cuerpo.

–Vámonos, con lo débil que es ahora algún demonio podrá acabar con su vida fácilmente y nosotros no estaremos involucrados.

–Tienes razón –reafirma el otro caballero– en poco tiempo seremos bendecidos con otra Reina Hada.

Me dejaron tirada en el suelo, mientras ambos se alejaban y mis heridas no paraban de sangrar, me sentía mareada, el ruido a mi alrededor me aturdida.

Nopodía negar que el poco tiempo que había pasado en este mundo me había hechoexperimentar más cosas que en mi otra vida, no me arrepentía, pero en esemomento solo podía pensar en Lancelot, si mi vida estaba por terminar queríapasar mis últimos minutos a su lado.

luz y sombra. La leyenda del Reino de las Hadas +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora