¿𝕬𝖒𝖔𝖗 𝖔 𝖛𝖊𝖓𝖌𝖆𝖓𝖟𝖆? #𝟏 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 [Completa]

Capítulo ³²

Maratón
3/8.   

Yoona;

Bajé las escaleras ya con pijama y justo en ese momento Jungkook se adentró a la casa. Sonreí al verlo y corrí a sus brazos, lo abracé por las caderas y su cuerpo se tensó.

— Te extrañe — Murmuré contra su pecho

— Nos vimos en la tarde — Me alejé de él y sonreí — Traje la comida como dije — Señaló la bolsa.

— Ya dime cuál será la sorpresa.

— Es sorpresa — Susurró a centímetros de mis labios y yo reí.

Él besó mi nariz y yo sonreí, él pasó por mi lado y yo lo seguí hasta la cocina. Jungkook dejó la bolsa encima de la encimera y luego me miró.

— ¿Podrías servir mientras me doy una ducha?.

— Si, claro — Sonreí.

Jungkook salió de la cocina y yo llevé todo para el jardín trasero, en aquella mesa empecé a servir todo y luego puse algunas velitas. Había quedado sencillo pero muy bonito. Me senté en una de las sillas y estaba haciendo fresquito.

— Ya estoy — Miré a Jungkook y sonreí al verlo en pijama.

Se veía demasiado adorable.

— Comida china — Dije y el se sentó al lado mío.

— ¿La has probado antes? — Negué — Está te va a encantar — Aseguró y me entregó un par de palillos

— Pues esperó que si — El sonrió al escucharme.

— ¿Cómo te fue en la salida con Yiren?.

— Ella es muy amable — Sonreí — Estuvo muy bien, visitamos muchas tiendas, fuimos al cine y al final comimos helado.

— Las salidas con ella son divertidas — Es lo que dice y yo asentí dándole la razón.

Jungkook y yo empezamos a cenar entre pláticas de cosas triviales. Después de cenar él fue a la cocina por vino y al volver nos bebimos toda la botella de vino. Las mejillas de Jungkook estaban algo rojas y supuse que las mías también estaban así, pero no era porque estemos borrachos, la realidad es que no lo estábamos.

Cada uno sabía lo que estaba sucediendo.

— ¿Ya me dirás cuál es la sorpresa?.

— Talvés — Quiso jugar y yo enarqué una ceja.

Me levanté de la silla y me senté encima de él a horcajadas haciendo que su cuerpo se tensé, él me miró en silencio y lo vi tragar con fuerza.

— Ya dime — Murmuré acariciado su mejilla

— ¿Yuna ya va a llegar? — Cambió de tema.

— No, ella llegará tarde y ahora es muy temprano — Le dije — Creeré que me estás evadiendo la supuesta sorpresa.

— No es una supuesta sorpresa — Dice poniendo sus manos en mi trasero, allí las dejó quietas — Es una sorpresa.

— ¿Y por qué no me dices que es?.

— ¿Por qué es una sorpresa? — Respondió con una pregunta obvia — Te la diré al rato, me estoy preparando mentalmente para eso.

— ¿Necesitas preparación para esa sorpresa que me tienes? — Enarqué una ceja y el asintió.