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Ya había pasado un mes desde que Jisung se estaba quedando en el palacio, al principio no pensó que pasaría tanto tiempo allí, pero no quedó de otra al ver como el alfa se negaba a dejarlo irse.

Cuando fue a su casa por más ropa sus padres pudieron ver la marca ya cicatrizada en su cuello, ninguno dijo nada, pero luego de que Jisung se fuera Jiwon tuvo que consolar a Jung quien lloraba mientras veía las fotos viejas de su pulguita cuando él aún era su alfa.

Cuando estuvo a punto de salir tanto Jeongin como Felix lo detuvieron.

—¿Cuando vendrás a vernos?—decía Jisung decaído.

Tanto Jeongin como Felix poseían una marca como la suya, la de Felix ya estaba sana mientras que la del menor aún estaba fresca.

—Hyunjin dice que suele venir en su tiempo libre y que puede traerme.

—¿Por cuánto tiempo?—preguntó Felix.

—No es definido, depende de su agenda.

Ambos se lanzaron a abrazar a su amigo que había ido a despedirse pues al ser el omega del príncipe ahora debía irse a vivir a su lado en Junsae.

—Te vamos a extrañar, Innie— decía Jisung intentando retener sus lágrimas.

—Mucho, mucho— reafirmó Felix sin soltarlo.

—Y yo a ustedes.

Si bien estaba feliz por irse con Hyunjin también le rompía el corazón tener que dejar a su familia y amigos atrás para empezar una nueva vida.

El alfa miraba como su hermoso omega se despedía de sus amigos, podía sentir como su pecho se apretaba ante aquello, pero no había otra opción, como futuro rey de Junsae debía vivir en su región.

Los tres se separaron mirándose profundamente a los ojos, estaban tristes, pero felices a la vez por su amigo. Cuando estuvo listo Jeongin se dio la vuelta encontrándose con su alfa.

—¿Preparado?— dijo extendiendo su mano. Jeongin le sonrió tomándola al instante sin un rastro de duda.

—Si, alfa.

Cuando ambos subieron a la limusina Chan cerró la puerta y en despedida dio una inclinación mientras sonreía.

Felix al ver el vehículo alejarse se lanzó a los brazos de Changbin quien estaba decaído por la tristeza de su hermosa hada. Apenas Jeongin se fue no lo soportó más y rompió en llanto.

—¡Me bebé se fue!— lloraba en el amplio pecho del alfa.

—Es normal, Lix. Es el ciclo de la vida.

Pero Felix odiaba que ese ciclo llegase tan rápido.

Jisung intento mostrarse fuerte mordiendo su labio para intentar obligar a las lágrimas a no caer, lo intento, lo intento mucho, pero apenas Minho se puso a su lado y le sonrió levemente bastó para que Jisung se quebrara.

—¡A-alfa!— se abalanzó a sus brazos en un alarido triste mientras sollozaba.

Minho solo podía abrazarlo y tratar de consolarlo con dulces palabras de aliento.

—Tranquilo, esto no es para siempre. Ya verás que en poco tiempo los volveremos a ver.

Jisung asentía mientras intentaba calmar su llanto.

...

Actualmente Jisung  se encontraba doblando algo de ropa limpia, hacía tres días que había vuelto a casa y tenía mucha ropa que debía lavar.

Esa mañana se la había pasado en el palacio y había vuelto después de medio día, en sus adentros se preguntaba por qué aún no se había mudado, quizás sea porque todavía no quería dejar a sus padres.

Las memorias de un corazón roto ➺ MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora