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—¡Dije que quería flores azules! ¡Azules! ¡¿Cómo demonios las cambiaron por amarillas?!

Felix se sentía estresado, faltaban sólo dos días para la boda y aún no estaba todo perfecto.

—Lix, tranquilo— intento calmarlo Jeongin.

—Innie, esto es un desastre, Jisung dijo que quería flores rosas, luego moradas y ahora las quiere azules y estos idiotas entendieron amarillas— dijo colocando su palma en su frente y otra en la cadera.

—Hay que hablar con él, seguro también está estresado.

—Pues eso espero porque a mi no me están pagando por esto.

Ambos amigos fueron hasta la habitación del alfa príncipe en donde sabían se encontraba Jisung, al tocar la puerta no recibieron respuesta por lo que decidieron pasar.

Encontraron a Jisung caminando de un lado a otro jalándose el cabello.

—¿Jisung que pa...?

—¡Mátenme!— gritó de la nada.

—¿Y a ti que?—lo miró Felix extrañado.

—¡Es un desastre! Las flores no están listas, mi traje no está listo ¡Nada está listo!

Jeongin y Felix se miraron tratando de decidir quien se encargaría de la situación y justamente cómo solían hacer en estos casos jugaron al piedra, papel y tijeras y Felix fue el perdedor sacando tijeras y Jeongin piedra.

—Jisung debes calmarte ¿Okay? Ya mande a pedir las flores correctas y tú traje estará listo para mañana la noche.

Jisung los miró con ojos desbordados, todo esta situación de la boda lo estaba llevando al límite, sin embargo escuchar eso lo calmó lo suficiente para volver respirar con más calma y al final terminó por tirarse al suelo.

—Gracias de verdad.

Ambos amigos se miraron de nuevo y se acercaron al pequeño cuerpo del omega.

—No te estreses, todo va bien, la escultura de hielo esta lista, la termine justo esta mañana—dijo Jeongin palmeando su espalda—Seungmin dijo que tienen resuelto lo de la comida y las mesas y manteles llegaron anoche.

—Lo siento, esto de casarse es más estresante de lo que pensé.

—Está bien, planear una boda nunca a sido fácil. Ya verás que todo saldrá perfecto, te lo pinky prometo— habló Felix alzando su dedo meñique.

—Yo también— Jeongin imitó el gesto.

Jisung sonrió y enganchó sus meñiques con los de sus amigos.

—¿A todas estas donde está Minho?— preguntó el menor de los tres.

—Su padre no se sentía bien, hoy le tocaba su quimio—dijo Jisung en tono triste.

—Deberías ir con él— propuso Felix.

Jisung negó.

—El dijo que vendría cuando terminara, no quiero incomodarlo.

Ambos amigos asintieron.

...

Minho salía del cuarto de su padre no muy feliz, el alfa no se había sentido bien en la sesión de quimioterapia y por primera vez en todo su vida le dolió ver a su padre pasarla mal.

Desde hacía varias semanas había pasado más tiempo juntos, podían conversar, reír y jugar juegos de mesa, cortesía de Jisung.

Su padre le dijo que el omega le caía muy bien, en cierta manera le recordaba a su madre, se sintió feliz de que ese viejo palacio por fin pudiera sentirse como un hogar después de tanto tiempo y Minho no pudo estar más de acuerdo.

Las memorias de un corazón roto ➺ MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora