VISITA 10

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Estaba pensando en la poca importancia que le he dado a mi familia en esta historia, eso no significa que ellos para mí no fueran primordiales, es más... ¡Que haría yo sin ellos! Mi madre siempre se caracterizó por su ternura y comprensión que me brindaba. Mi padre, aunque no mantenía en la casa por el trabajo, apoyo a mi madre hasta el final y mi pequeño hermano Justin, ese pequeñín es mi vida, pero ya no debo decir que pequeñín, ahora está en la universidad y hasta tiene pareja. Mi madre y mi padre viven juntos en una pequeña casa a las afueras de la ciudad, disfrutando de su amor. ¿Yo? Eso aún no se lo puedo contar. Comencemos.

Junio 1

La clase de inglés no era para nada divertida, ver a mi profesora hablar una lengua parecida a la de los extraterrestres, me estresaba. Suspiré anotando los apuntes de la pizarra, pero era tanto el aburrimiento que mi cabeza no tardo en chocar contra la tabla del pupitre.

—Hey— Alce mi vista buscando si aquel susurro era dirigido a mí, sin embargo nadie me miró, volví a chocar con la tabla.

Una bola de papel chocó contra mi espalda, levantándome de nuevo y sin fuerza, volví a buscar con la mirada aquel mensajero, note que Layla me hacía señas para que mirara hacia atrás, lo hice y me sorprendió ver quién había sido.

Abrí el papel con mucho cuidado de que la profesora me descubriera, mientras leía lo que había dentro.

"¿Te estás aburriendo? ¿Qué te parece si nos escapamos a hablar?

Atte.: James."

No tenía ganas de hablar con nadie y mucho menos con James, pero la clase de inglés podía más con este sentimiento.

"Está bien, te veo por la parte de los baños"

Volviendo a rediseñar la bola de papel y tirándola hacia el pupitre de James, caminé hacia donde la profesora y le dije que no me sentía muy bien, ella aunque con una mala expresión, me dio el permiso y fácilmente salí del salón, dirigiéndole una mirada a James mientras él me sonreía y me guiñaba el ojo. ¡Por Dios, que sexy chico! Repetía para mis adentros.

De camino a los baños, volví a recordar la pasada noche. Yo de idiota le había confesado a Noah que lo quería y no era nada malo, somos novios ¿No? Pero lo que me había dolido era que él no me lo devolvió, él simplemente lo ignoró.

Sintiendo un nudo en la garganta, me acomodé en los escalones escondidos que había cerca de los baños y me dispuse a esperar a James aunque no tardaría nada ya que él fue muy rápido y al momento ya estaba sentado al lado mío.

—Hola Kathia — Dijo con una amplia sonrisa contagiosa, le sonreí de vuelta.

—Hola James.

—Esa profesora no debería dar inglés, es una excelente materia como para que ella lo arruine así —Dijo haciendo un gesto de asco.

—Es cierto, me estaba muriendo del aburrimiento

—Sí, lo pude notar — Giré mi cabeza mirándolo confusamente.

—¿Me andas mirando en clases, James Carruso?— Pregunté con curiosidad, mientras él se acariciaba la nuca con un acto de timidez.

—Algo así.

No sabía que responderle, no estaba de humor así que decidí quedarme callada antes de decir algo que no fuera lo correcto.

—¿En qué piensas? —Dijo rompiendo el silencio.

"En mi chico de internet" Decía mi interior.

No debes contarlaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora