VISITA 7 (PARTE 2)

498 54 18
                                    

Mayo 07

Me retoqué por última vez el brillo labial sabor a fresa en mis labios con una suave capa, mirándome al espejo noté lo bien que me quedaba el vestido floreado color azul que Layla me había prestado para esta ocasión que ella llamaba "Especial". La conversación de anoche y aquella apuesta aun rondaba por mi cabeza. El partido comenzaría a las 5 pm y yo suponía que para ese tiempo ya estaría en casa.

Haciendo con mis manos los rulos de mi cabello, escuché la puerta de mi habitación abrirse y esperé que hablara para ver quién era.

—Hermosa, vente que quiero verte—Cuando comprobé aquella voz, salí del baño sonriendo.

Layla me miro como si hubiera visto un dulce, mientras se lanzaba a mis brazos.

—¡Que hermosa estas! De seguro James caerá a tus pies— Dijo dándome un fuerte apretón.

—Gracias Lay, pero recuerda que yo no voy con la idea de tener algo con él— Dije saliendo de su abrazo y buscando mi celular para esperar el mensaje que indicara cuando James esté afuera de mi casa.

—Kat, tienes dieciséis años, es hora de un galán y ¿Quién mejor que James?—Layla miró su reloj y se sentó en el regazo de mi cama mirando mis pasos.

—Yo quiero que mi galán sea... — Me detuve a pensar si ya quería que Layla supiera de que me gusta Noah, no creo que ella acepte algo tan loco como eso, hasta yo pensaba que me estaba volviendo loca—Alguien normal.

—¿Alguien normal? Él es normal y sexy.

—Yo...

—Espera, el otro día recibiste un mensaje y una gran sonrisa llego a tu rostro, cuando te pregunté saliste corriendo ¿Algo que estés ocultándome? — Layla me miró seria, tanto que no pude aguantar su mirada y desvié la mía.

— No—Mentí aun sin mirarla— Yo te contaría si algo pasase, serias la primera.

Me sentí fatal mentirle a mi mejor amiga de esa manera, pero ni yo me entendía con mis sentimientos. A veces hay cosas que deben permanecer secretas.

—Mas te vale, hermosa— Esta vez, sonrió.

Le devolví la sonrisa mirando la hora, 2.24 pm ya casi llegaría James y no estuve equivocada, el chico me mandó un mensaje avisando que ya estaba en la puerta, esperándome.

—Bueno, llegaron por mí— Dije agarrando mi cartera y guardando un poco de dinero, nunca se sabe para que lo puedes utilizar, tal vez James intenta pasarse y como dijo Noah, debo correr o agarrar un taxi sola.

—Oh, yo también me voy, pero primero...— Layla ingreso al baño mientras yo le mandaba un mensaje a James para explicarle que en un rato bajaría. Cuando Layla salió, tenía puesta la camiseta del Real Madrid y se veía hermosa.— Es hora de irme a ver el partido, lástima que te lo pierdas, querida.

—¿Perder? ¡Ni loca! No creo que tardemos mucho en la salida, a él le gusta el futbol.— Dije con convicción

Layla negó con la cabeza mientras me empujaba con sus brazos a la puerta principal.

—Parece que no te has enterado, pero no pienso decírtelo porque luego te echarías atrás.

—¿Enterarme? ¿De qué? —Pregunté curiosa tratando de detenerla para que me contara, pero ella tenía mucha más fuerza.

Layla me hizo una seña de silencio con su dedo en su boca, solo me encogí de hombros, ya me contará después.

Abrió la puerta y justamente James Carruso se encontraba ahí parado, con unos jeans y una camiseta que dejaba ver su marcado torso, pero no venía solo, traía una nueva rosa pero esta vez blanca y una gran sonrisa. Tuve que sonreír.

No debes contarlaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora