VISITA 20

241 29 2
                                    





¡Las cosas se están saliendo de control! Después de su reportaje, las ventas del libro han ido aumentando de una manera que nunca creí alcanzar. Muchos países, incluso de diferente idioma han tratado de contactar conmigo para la traducción oficial de mi obra. Eso me sorprende y he estado más ocupada que nunca, por eso es que he tenido que sacar un tiempo extra para seguir con nuestras reuniones oficiales. ¡Esto es de locos! Sobre todo, porque aunque mi historia este siendo una gran líder en ventas, lo que desearía es que la verdadera historia fuera la que pasara de generación en generación.

Agosto 22

Despertarme y observar la cara de Layla a tan solo unos centímetros de mi cara, era sinónimo de malas noticias. Me incorporé lo más rápido que pude, mientras me frotaba los ojos quitándome un poco la pereza. Miré a Layla con cara de preocupación, esperando que me pudiera decir que pasaba.

—Hasta que al fin despiertas—Susurró manteniendo su mirada en mí.

—¿Cómo es que entras tan fácilmente?—Pregunté mirando el reloj, era muy temprano y en esa semana mi escuela andaba en paro nacional, ósea que no había clases al menos hasta nueva orden.

Layla se encogió de hombros como si quisiera restarle valor a mi pregunta.

—Ya sabes, tu mamá me ama—Sonrió débilmente —Por cierto, que mal hueles.

Hice una mueca de asco y enseguida solté una carcajada.

—¿Has venido a burlarte de mí?—Layla sonrió más abiertamente, mostrando su dentadura.

—He venido a decirte que casi todo el colegio sabe de tu relación.

Me sentí nerviosa cuando Layla confeso lo que venía a decirme. Era cierto que debía estar preparada para esto, pues mi adorado enemigo Daniel, me odiaba y haría correr un rumor demasiado falso y distinto a la realidad por todo la escuela, esto se ponía muy difícil.

Layla sintió el temor que emanaba y decidió tranquilizarme con un abrazo.

—El amor no se puede esconder—Me dio un apretón fuerte— No importa que haya dicho el idiota ese, pero tu historia es real y aunque me cueste admitirlo, es de valientes.

Traté de sonreír en medio de mis pensamientos, dándome cuenta que lo que decía Layla era cierto, Noah y yo éramos una pareja común y corriente con la diferencia de que estábamos lejos. No sé cuánto me tocaría esperar para poder estar juntos, pero sería el tiempo necesario.

—Lo sé, Lay— Hice una pausa mientras nos separábamos y la mire tristemente —Pero Daniel habrá manipulado la historia haciéndome quedar mal.

—¿Desde cuándo nos importa lo que los demás digan de nosotras?

Siempre habíamos sido muy distantes a lo que comentaban de nosotras, éramos muy fuertes, sin embargo esta lucha seria solo mía y no sé si podre contra aquellas miradas penetrantes o incluso insultos que pueden llegar a mis oídos.

—Hablaré con Daniel, esto tiene que acabar —Dije convencida de mis palabras.

Layla sonrió malvadamente, agarrándome las manos fuertemente.

—Estamos contigo, Kat —Baje la mirada— James y yo somos tus amigos y conocemos tu verdadera historia.

Quería ponerme a llorar en ese instante, pero me recordé que últimamente no hacía más que soltar lágrimas y eso no me haría muy bien.

Mi miedo no era por lo que sentía por Noah, estaba segura que lo quería y eso era lo que más me importaba. El problema radicaba en que en este instante, mi generación ve como algo absurdo y mentiroso lo de un amor por internet, se dice que es falso, que es un engaño o solo pensaran que me vendo por internet. Era realmente difícil luchar contra los pensamientos de los demás. Tratarles de mostrar que este amor iba a ser infinito y que la distancia no lograría acabar con lo que él y yo sentimos, era un verdadero reto.

No debes contarlaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora