capítulo 31 Omake 3

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Al llegar al final de mi Garganta, me estrellé de cara contra el pozo infinito de oscuridad y arremolinada irrealidad que eran los bordes de la Garganta.

"Qué carajo..." Maldije tapándome la nariz que me dolía mucho mientras observaba la opaca pared de oscuridad frente a mí y tuve una epifanía cuando conecté mi energía espiritual con la Garganta y me di cuenta de que había algún tipo de barrera que bloqueaba a mí.

"Ah, diablos, no. Este tren Garganta sólo tiene una dirección. ¡Y esa es la penetración!" Grité mientras me hartaba de intentar rodear la pared de lo que me impedía continuar y con un rugido mi Garganta comenzó a temblar y desestabilizarse, pero esa misma desestabilización me permitió atravesar la barrera cada vez más delgada y fue bienvenido en un instante. de luz que me cegó.

Una vez que mi visión se aclaró, me di cuenta de que había excitado mi Garganta y que en realidad estaba en una especie de caverna de gran tamaño o algo asi.

"Ahora ¿dónde estoy?" Murmuré mientras comenzaba a caminar a través de la enorme caverna que estaba bien iluminada por cristales brillantes en el techo. Sin mencionar que la enorme caverna parecía ser un ecosistema completamente cerrado con numerosos árboles e incluso algunas formas de vida por lo que mi Pesquisa pudo identificar.

"Bueno, vámonos." Antes de que pudiera siquiera sonar hacia la gran colección de almas en la distancia, me tambaleé en el lugar mientras toda la caverna temblaba y los cristales de arriba se atenuaban y cambiaban de un blanco brillante, a menos que fuera fluorescente, a un rojo oscuro sombrío que apenas iluminaba la caverna.

"UH oh." Murmuré mientras extraños ruidos destrozados llenaban mis oídos y luego tuve que saltar a un lado cuando, desde lo más profundo del bosque, una cosa grande que parecía un oso y que estaba parada sobre sus patas traseras comenzó a correr hacia mí.

"Bala." Murmuré disparando la mitad superior del torso del monstruo y mientras moría estallando en humo, noté algo muy crucial que el monstruo dejó atrás.

"Ah diablos... Este tiene que ser Danmachi o algo así." Murmuré viendo el cristal púrpura del tamaño de un puño yaciendo inocentemente a mis pies.

¿Entonces esta debe ser la mazmorra?' Pensé mientras despegaba en un Sonido antes con mi habitual chillido de aire desgarrado aparecía frente a las congregaciones de almas más grandes.

"¡Wa! ¿Quién eres?" Escuché una voz femenina gritar y miré y solo pude quedarme impasible cuando vi la prueba misma del mundo en el que me encontraba. Hestia me estaba señalando ya que acababa de aparecer en lo alto de una especie de acantilado cuando ellos y otras Familias Se enfrentaban entre sí por alguna razón y Hestia decidió agitar sus enormes bocinas en la mazmorra, lo que la enojó y decidió generar súper monstruos para matar a todos.

"No estás lista para escuchar mi nombre, señora de la llama del hogar". Hablé mientras observaba a un titán de músculos y rabia formarse en la distancia.

"Soy una diosa, dime tu nombre. ¡Teletransportarse no es justo para los mortales!" Hestia gritó pisoteando y mi rostro solo pudo temblar cuando Hermes salió de su escondite asintiendo firmemente en respuesta a las palabras de Hestia.

"Ciertamente eres una diosa... Pero no mi diosa. Pero bien, te daré mi nombre". Dije mientras el enorme y ennegrecido Goliat se formaba alrededor de la piedra de su monstruo y comenzaba a atacar a los aventureros que pensaban intentar un ataque alfa.

"Mi nombre es Lorde." Dije con la deidad casi tropezando con mis tonterías pero aún fiel a las tonterías de su sentido divino.

"Diosa, tenemos que salir de aquí. Ese Goliat es de nivel 5 o incluso 6, Rivira no tiene las aventuras aquí abajo para encargarse de él". Bell dijo después de tomar algunas pociones por haber sido golpeado por las aventuras aleatorias aquí y, honestamente, no tenía idea de por qué lo hicieron, ya que habían pasado años desde que vi la primera temporada de Danmachi.

"Tu qué..." murmuré mientras miraba a Hestia. "Hola Hestia, ¿verdad?"

"¿Qué quieres? ¡Necesitamos huir, rápido!" Hestia lo regañó mientras todas las aventuras heridas se recuperaban e incluso Bell había cargado a Hestia sobre su espalda para poder llevar a su diosa descalza lejos de cualquier batalla.

"Si mato a ese monstruo. ¿Pueden traerme algo de comida antes de irme?" Pregunté mientras mi estómago gruñía después de no comer durante horas que habia estado corriendo por la Garganta.

"¡Seguro!" Hestia gritó cuando una onda sónica se acercó a nosotros y con un encogimiento de hombros me volví hacia la onda de energía sónica y con un Bala sin palabras destruí primero el ataque sónico antes de señalar con un dedo al Goliat que aparentemente encontró que Hestia era un objetivo encantador. ya que sus ojos estaban fijos en la pequeña diosa.

"Para poder darme un festín. Debo pedirte que mueras. Cero Oscuras". Entoné con la singularidad púrpura del poder que crecía en la punta de mi dedo y se expandió dramáticamente mientras encapsulaba al monstruo mientras recordaba que el Goliat tenía una forma impresionante de autorregeneración, así que sin decir palabra canalicé al Cero hasta que escuché y sentí a mi Cero. pasar a través del Goliat y chocar con el otro lado de la Mazmorra, lo que me hizo cortar el Cero para que la Mazmorra no decidiera convocar más Goliat mutados por el daño que estaba causando.

Una vez que estuve seguro de que el monstruo estaba muerto, me di la vuelta solo para ver los rostros de la Familia Hestia y Hermes mirando completamente atónitos por cómo le disparé al jefe de piso mutado. "¡Muy bien, señoras, corten, corten! Nunca antes había estado en Orario y necesito comida antes de decidir si los elfos o un conejito serán un buen bocado". Dije mirando a Bell y Ryuu quienes casi tragaron saliva ante mi mirada hambrienta antes de que Hestia los interrumpiera.

"¡Espera! Si no has estado en Orario antes, eso significa que no te has unido a una Familia, ¿verdad?"

"Hestia... Si las siguientes palabras no son. 'Aquí está tu orden', literalmente voy a darle un mordisco a alguien. Aunque no, no soy parte de una Familia". Gemi agarrándome el estómago y Hestia tragó saliva cuando sus sentidos divinos hicieron sonar mi advertencia como cierta, por lo que rápidamente le dijo a Bell que nos guiara de regreso a la superficie.

Continuará...

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