Heavy sorbio suavemente de su bebida achocolada haciendo que un bigote chistoso, y de chocolate, quedara sobre su labio. Sus ojos esmeralda revisaban el pequeño local mientras sus manos jugaban con el recipiente entre ellas.
Estaba nervioso, como cada mañana, incluso se quemo la lengua al no medir bien la temperatura de su bebida pero eso poco o nada le importaba.
La razón por la que iba a ese lugar y nunca faltaba era simple; todo se debía a uno de sus empleados. Desde la primera vez que entro a ese local con uno de sus amigos en un día lluvioso donde termino con la ropa mojada y su rojizo cabello pegado a su piel, su mirada y atención se centraron en cierto rubio quien poco parecía sonreír o mostrar cualquier signo de alegría en su cuerpo aun así sus hermosos ojos celestes, su cabello rubio atado en una coleta junto a su actitud sabelotodo terminaron por cautivarlo. Su presencia era bastante abrumadora, notable y sentía como brillaba cada que atendía a cualquier cliente, a pesar de su amargura y la mueca qué lo acompañaba. Es por ello que Heavy tomo de costumbre ir allí después de la escuela o incluso antes de ingresar a la primera clase.
Sentía que debía investigar un poco más a su malhumorado ángel.
Con ese pensamiento en mente Heavy volvió cada día sin falta, pidiendo a él mesero rubio su bebida achocolatada qué, en si, era solo una escusa para poderle dirigir la palabra.
—¿Gusta de algo más?.
El corazón de Heavy latió con más rapidez apenas la voz de su misterioso rubio resonó en sus oídos. Le estaba hablando.
El pequeño pelirrojo alzó su mirada centrando sus ojos en aquel joven rubio quien apenas y se veía un poco mayor que él. Siempre le había dado curiosidad su maquillaje qué hacía resaltar el bello color de sus ojos, el cual, le recordaba a él cielo mismo en un día despejado, y su cabello tan dorado como el mismísimo oro le haca fantasear, ¿sería tan suave como aparentaba?. ¡Parecía una nube!
—Mocoso no tengo todo el maldito día —Aquel chico gruñó haciendo su tipica mueca de disgusto mientras rodaba sus ojos. Parecía impaciente—Si no vas a ordenar nada más entonces..
—No, espera —Heavy se apresuró alzando su mano hacia él en un intento por tomar la manga de su uniforme aunque se detuvo a medio camino. —De hecho.. Si me gustaría algo más.
El mesero arqueo una de sus cejas observando y escuchando atento la petición de el pelirrojo. Preparo su pequeña libreta y tomo su lápiz entre sus dedos para anotar lo que fuera qué ese chico quisiera pedir.
—Quiero saber tu nombre.
Heavy solo se lanzó. Se había preparado tantos dias, lo medito cada vez que estaba allí observado en silencio a él rubio, incluso hasta había practicado frente a él espejo de su habitación avergonzandose cada vez que su madre abría la puerta sin tocar y le escuchaba pero por fin, ese día, había tomado valor.
El mesero solo sonrió atacando de nuevo el débil corazón de Heavy, haciéndolo latir con más fuerza y rapidez.
Él pelirrojo observo como guardaba su libreta y lápiz en uno de los bolsillos de su pantalón antes de observarle. Su mirada profunda, sin duda le dejaba sin aliento.
—Pequeño y estúpido pelirrojo. —Heavy le miro confundido. Sus palabras parecían un lamento aunque la sonrisa de lado contrastaba completamente con estas. Siguió observándole con cierta esperanza —Se supone que no se familiariza con los clientes, pero, dado el caso que no hay demasiadas personas, supongo que no hay problema.
El rubio se inclino hacia Heavy, apoyando una de sus manos sobre la mesa, provocándole un ataque de nervios y que sus mejillas se pintaran de un suave color rosa.
Por instinto Heavy cerró sus ojos aunque pronto sintió calidez y firmeza al ser tomado por su barbilla. Abrió sus ojos centrándose de nuevo en el rubio quien, parecía divertido por la situación sin darse cuenta de el pobre estado de Heavy y el como su corazón latía sin control.
Estaban cerca, no tanto para un beso pero si para sentir la calidez qué el otro emanaba, su aroma a café y notas de limón y el como le miraba. Heavy no podía dejar de ver esos perfectos ojos celestes.
—Me llamo, Dee
Y Dee le sonrió de forma descarada entrecerrando sus ojos para después soltar su barbilla y subir su mano darlole un pequeño golpe en la frente sin fuerza alguna antes de alejarse sin mirar hacia atrás mientras acomodaba unos mechones qué se habían soltado de su atadura.
—¡idiota! ¿¡Que hiciste tarado! — Gruñó Heavy llamando la atención de los demás clientes notando, a la vez, como Dee sonría de lado al mirarle por sobre uno de sus hombros —Dee.. ¿Eh?
Heavy sonrió cuan gato observando como él rubio se alejaba. Sus brillantes ojos esmeralda parecían resplandecer aun más de lo habitual mientras sus manos apretaban el posillo, qué posteriormente había tomado de nuevo, entre ellas y sus mejillas aun se sentían cálidas teniendo ese color rosado sobre ellas. Su ángel tenía un nombre hermoso, como el de un guitarrista o cantante de aquellas bandas qué tanto le gustaba escuchar. Entonces Heavy se pregunto que clase de música escuchaba Dee.
La mirada de él pelirrojo se centro, minutos después, en el restante líquido color caramelo qué había en el fondo de su taza mientras sus pensamientos lo alejaban de la realidad. Ya tenia su nombre, ahora bastaba por saber como podría enamorarlo.
Holaaa.
¿Nueva historia? Posiblemente. Vamos a ver como sigue y si Heavy logra acercarse a nuestra princesa rubia xD
Gracias a una amiga me anime a publicarlo. Ella me ayudo a ponerle nombre. ¡Graciaaaaas Kei! ♡
Espero les guste. No olviden tomar agüita✮
Byeeee
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Quiero Conocerte~♡
Fanfiction"No pude evitarlo. Desde que te vi, aquella tarde de invierno en donde mis cabellos rojizos escurrían agua y mis ropas mojadas daban paso a los escalofríos, no pude apartar la mirada de ti. Tu uniforme marcando tu delgada figura, tus rizado y hermos...