•Cuando miras al abismo...•

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Habían pasado apenas algunos días desde que había interactuado con ese extraño rubio a orillas del lago. En realidad, a estas alturas, ya se había perdido en la memoria de Dennis.

Por ahora permanecía tranquilo, sentado en el comedor mientras tomaba un desayuno ligero antes de ir a trabajar. A decir verdad, esto del cambio de horario lo tenía agotado. Jamás consideró que este tipo de dificultades al mudarse a los Estados Unidos le traerían tantos problemas. Pero bueno, todo sea por la redención.
Y la estabilidad financiera.

Al menos intentaría convencerse de que intentaba arreglar los errores que había escondido debajo de las tablas de su apartamento hace algunas semanas.

Tomó su billetera, sus llaves y salió de su nueva casa para tomar rumbo al pequeño SuperMarket en el que trabajaba.
Por poco no consigue el empleo, tuvo suerte de tomar desprevenidos a los gerentes en épocas escasas de personal. Se rumoreaba que las mujeres desaparecían en el condado de al lado, y nadie quería arriesgarse a más.

La brisa fresca del bosque arrastró consigo un aroma a tierra húmeda y madera que Dennis recibió con un hondo suspiro.
El silencio era incomparable.
Y hubiese sido razón de satisfacción, de no ser porque Dennis ya había experimentado esa soledad antes... y no solía ser nada agradable.

Después de un momento contemplando la paz, se encaminó a la parada de autobuses para ponerse en marcha.

Justo cuando se encontraba a orillas del camino, vió pasar un auto en dirección contraria a la de él. Básicamente encarándolo.

Que raro.
Era muy temprano como para salir a pasear así.

Por una fracción de segundo, pudo ver por el parabrisas a un rubio bastante familiar. Sus profundos ojos azules contrastaban con el tono arenoso del carro.
Este último siguió su curso hasta que la ventana del copiloto coincidió con la posición de Nilsen.
Una mirada.
Una mirada mutua que se extendió por parte de ambos al seguir espiándose por el espejo retrovisor.
Dennis solo notó eso. Dos ojos y pocos mechones de cabello dorado alejándose pero, Jeff no.

Jeff tuvo la oportunidad de contemplar al otro hombre a cuerpo completo. Encogiéndose con el transcurrir de los metros.

Se conocían.
Tal vez no mutuamente.
Pero con solo mirar su propio reflejo se darían cuenta que tenían más en común de lo que podrían creer.
Eran iguales.
Lástima que este encuentro se limitó a una confusión incesante que rondó por la mente de ambos durante todo el día.
Y tal vez por más tiempo...



THE STALKING || By Lennox N.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora