Una nueva oportunidad

Tristeza

La cabeza de Ron daba vueltas, y se sentía tan horrible, que tirarse un Avada no parecía mala idea sinceramente, notó 2 cosas al despertar, la primera que no estaba en su habitación, ya que todo era muy elegante para su gusto y segundo que su ropa estaba seca.

Trató de levantarse pero un fuerte mareo lo atacó, haciendo que cayera otra vez en la cama, en ese momento se abrió la puerta, dejando ver a Draco Malfoy con una bandeja de pociones y comida.

-Al fin te despertaste, toma-, le dijo el rubio entregando un pequeño frasco de poción.

-¿Qué es?-, indagó con curiosidad Ron.

-Una poción, te hice un chequeo y llevas días sin comer y casi sin tomar agua, ¿acaso te quieres morir?

-No es asunto tuyo.

-Sí, si lo es, soy médico y mi deber es preocuparme y ocuparme de personas que lo necesitan, salvar vidas.

-Un mortifago salvando vidas? ¿qué viene ahora, vacas voladoras?-, soltó con sarcasmo el pelirrojo.

-No tienes fuerzas para ponerte de pie, pero sí para pelear conmigo-, expresó con ironía el rubio-, mira comprendo que no confíes en mí, pero si no te tomas eso, te tendré que llevar a San Mungo, y lo más seguro es que salga en los periódicos, tú decides.

Ron suspiró con resignación y a la malas se tomó esa poción, de inmediato dejó de sentirse débil, ahora se sentía con un 1% más de energía.

-¿Feliz ahora?, ¿ya me puedo ir?

-No, debes recuperarte primero, te vas a quedar esta noche.

-No quiero.

-No estoy preguntando si quieres, te estoy informando, el médico aquí soy yo.

Ron suspiró frustrado, haría lo que el rubio quisiera, no estaba de ánimo para pelear con nadie, así que tomó la bandeja de comida que le estaba ofreciendo el rubio y empezó a comer, sólo comió la mitad de la comida, y sólo porque Malfoy no paraba de insistir en que comiera.

-Es tarde, voy a dormir en la sala-, comentó el anfitrión tomando sábanas y almohadas para irse a dormir.

-Quédate-, pidió Ron un poco avergonzado por su acción, había sonado desesperado y necesitado, pero no quería quedarse sólo con sus pensamientos.

-De acuerdo-, aceptó el rubio un poco confundido.

Ambos se acostaron dándole la espalda al otro, Ron trataba de buscar sueño pero este no se hallaba en ninguna parte.

-¿Weasley?-, llamó suavemente Malfoy.

-¿Ummm?

-Sé que no somos precisamente los mejores amigos del mundo, pero si quieres hablar del porqué estabas caminando en plena lluvia tan tarde de la noche, puedo escucharte.

Ron no contestó nada, se quedó callado por unos minutos, nunca había sido una persona que habla de como se siente o de lo que pasa, era difícil hacerlo y más cuando se crió con 6 hermanos más que necesitaban atención de sus padres, así que había aprendido a callar lo que sentía, pero quería expresar lo que estaba experimentando, así fuera a su enemigo de infancia.

-Harry y yo teníamos un noviazgo de 8 años, pero él me dejó por alguien más bonito y joven, bueno, si dejar es la palabra correcta para referirse que lo vi besándose en la calle con ese chico, luego quiso que yo olvidara todo, para luego mandarme a la mierda.

-Lo lamento mucho.

-No necesito tu falsa lástima Malfoy, de seguro debe alegrarte lo que me pasó.

-No soy tan imbécil Weasley, no me alegro por lo que acabas de pasar, y no es lástima lo que siento por ti, sólo no me gustó que Potter te haya tratado así, pudo haber sido más amable contigo, no se trata mal a quién te ha dado toda su vida a ti-, habló suavemente Malfoy.