Aceptación.

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Ron miraba fijamente esos ojos verdes a los que había amado desde que era un niño, observó con detenimiento ese rostro, había cambiado a lo largo de los años, y para mejor, aunque Harry no le gustara admitirlo, era un hombre guapísimo, todavía pensaba que era ayer, cuando con sólo ver ese rostro, le generaba emoción y hacía que su corazón metiera extremadamente rápido.

-Mira Ron, prometo no volver a fallarte, nos casamos como siempre has querido, vivimos en donde tú quieras, te acuerdas ¿querías vivir en Alemania verdad?, podemos hacerlo, puedes seguir con tu carrera de quidditch, y yo sigo con mi carrera de auror.

Ron le sonrió colocó una mano en su cara, y le acarició su mejilla, le dio un beso en su frente, para volver a mirar esos bonitos ojos verdes esmeraldas.

-No Harry, no puedo estar contigo, te quiero sí, pero no te amo, me fallaste una vez, nada garantiza que lo hagas de nuevo, además, me gusta otra persona.

-Ron...

-No Harry, no insistas por favor, te quiero como un amigo, podemos ser amigos, pero no más, me gusta Draco.

-¿Él siente lo mismo por ti?

-No lo sé, creo que tiene pareja, sin embargo, aunque él no sienta lo mismo por él, yo no puedo volver a estar contigo Harry, lo nuestro no es amor, es costumbre, al principio sí, nos amabamos con locura, pero al final del día perdimos ese amor, y nos aferramos a lo que un día fuimos.

-¿Y si te vuelvo a enamorar?-, preguntó con esperanza el miope.

-No puedes hacerlo cuando hay otra persona en mi corazón Harry.

El mencionado sólo agitó su cabeza en señal de derrota, había perdido el amor de Ron, y ya no había vuelta atrás.

-Está bien Ron, yo me retiro entonces, espero y seas muy feliz con el hurón.

-Gracias Harry.

Ambos se abrazaron por un momento, sellando de esa manera tanto tiempo juntos, en donde hubo cariño y muchos recuerdos, demasiados pero ya su tiempo juntos había acabado, era hora de empezar una nueva etapa.


Ron no paraba de llamar a Draco, tenía 3 días llamándolo, además que ignoraba los mensajes que le enviaba, así que se alistó y fue para el hospital muggle en donde trabajaba el rubio.

-Buenos días señorita-, se dirigió Ron a una joven enfermera que se encontraba en recepción.
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-¿Si dígame?

-¿Está el doctor Draco Malfoy?

-Sí, déjame llamarlo.

-Buenos días doctor Malfoy, hay un joven que lo está buscando-, le informó la enfermera-, ¿cuál es su nombre?-, preguntó amablemente al pelirrojo.

-Ronald Weasley.

-Ronald Weasley, doctor.

-De acuerdo, sí señor... está bien, yo le digo-, y colgó la llamada-. Disculpa, pero el doctor Malfoy dijo que estaba ocupado, y que no lo puede atender, porque está en urgencias.

Era definitivo, Draco lo estaba evitando, porque él estaba completamente seguro de que el rubio estaba en su hora de descanso, esos meses a su lado, le habían enseñado el horario en que trabajaba él.

A Ron se le había ocurrido un plan, no era precisamente el mejor de todos, pero tenía que trabajar con eso. Así que fue al baño del hospital, se aseguró que no estuviera adentro ninguna persona, cerró el baño colocando hechizos protectores, respiró suavemente y empezó a golpear su cabeza contra la pared del baño para hacerla sangrar, dolía como el carajo, pero era la única idea que se le había ocurrido para hablar con Draco.

Una nueva oportunidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora