Extra

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Todos seguro dirán que Draco se enamoró de Ron, cuando empezaron a pasar tiempo juntos, y no, no fue así. El día que Draco empezó a sentir cosas por el pelirrojo, fue el día más agotador de él.

Recuerda ese día como si fuera ayer, estaba en la sala de espera del Ministerio de Magia, por peticiones de él, había pedido que lo separaran de sus padres, él sólo quería pensar y descansar un poco, cuando escuchó una conversación en la puerta de al lado.

-Por favor Kingsley, no seas tan duro con Malfoy, todos merecemos una nueva oportunidad-, escuchó que decía una voz muy conocida para él.

-No lo sé Ron, es hijo de un mortifago, y es mortifago, la gente quiere sangre, y no va a descansar hasta que se la dé.

-Es un muchacho por amor de Merlín, él fue obligado a participar en esta guerra como muchos, no tenía opción.

-Hace un tiempo atrás no hubieras dicho lo mismo.

-La gente cambia y evoluciona constantemente, además gracias a la mamá de él, tenemos a Harry vivo, no es justo pagarle de esa manera.

-Insisto Ron, la gente no va a estar satisfecha con que los perdone.

-Entonces diles que se vayan del país, mi cuñada Fleur tiene contactos con el mundo muggle y mágico, se les puede ayudar, sólo no le niegues una segunda oportunidad.

Está de más decir, que Kingsley aceptó esa propuesta, ya que después de haber dictado la sentencia, les indicó que tendrían que irse por unos años, a Francia, hasta que todo se calmara un poco.

Cuando iban saliendo del Ministerio, vio al pelirrojo con Potter, el primero trató de tomarle sutilmente la mano al otro chico, pero este lo alejó, en ese momento supo que esos dos tenían algo, pero obviamente era secreto.

Aunque Weasley y él no eran precisamente amigos, él no merecía ser tratado como secreto. Quizá el escucharlo como lo defendía hizo que le creciera el gusto, o las ganas de tratarlo como se merecía hizo que el gusto naciera, sea como hubo pasado las cosas, Draco se esforzó al máximo para aprovechar esa nueva oportunidad que le estaban dando.

Su primer día de regreso a su país, el rubio decidió caminar las calles para distraerse, aunque estaba lloviendo, le gustó su paseo, hasta que vio una figura que pasaba por su lado.

Increíblemente, era Ronald Weasley, su cabellera era reconocible, y confirmó que era él, cuando vio su rostro después de atraparlo para que no se cayera.

Al principio su intención fue ayudarlo ya que en ese momento no se veía bien, pero luego se enteró de todo lo que había pasado con Potter, y le brindó una mano amiga, porque eso era lo que necesitaba, no le importaba sus sentimientos, sólo importaba Ron, nadie más que él.

El hecho de que Ron sintiera cosas por él, de verdad fue una sorpresa, una grata sorpresa, luego años después, acostado al lado del amor de su vida, viéndolo dormir tan pacíficamente, se le acerca al oído y le susurra.

-La mejor decisión de mi vida, fue regresarme a Inglaterra y encontrarme contigo.

Una nueva oportunidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora