Miranda ha estado encerrada en una capsula del más allá, en una terrible oscuridad viendo lo que otros no ven; terribles fantasmas que más de una vez que han intentado apoderarse de su cuerpo para seguir permaneciendo en el plano terrenal. Todo es c...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
⠀⠀⠀⠀— LA VERDAD ES QUE NO CREÍ que hubiera un lugar abierto a estas horas —admití observando el lugar tan hermoso en el que nos encontrábamos, era un poco más de las 11:30 de la noche y el restaurante todavía tenía clientes. Observé a Edward que tenía una ligera sonrisa entre sus labios —. ¿Tú hiciste que se mantuviera abierto hasta tarde?
Él movió la cabeza de un lado a otro como si estuviera en sus planes que no me enterara, pero finalmente asintió entregándome la verdad: — Carlisle es amigo del dueño y le pidió el favor que lo mantuviera abierto hasta que terminemos de cenar. —confesó.
Fue inevitable sonrojarme ante su confesión y me avergonzaba que me viera con el sonrojo que él mismo había causado por lo que agarre una tostada untada de salsa de aguacate y me la embutí en la boca.
— ¿Sabe bien esta salsa, seguro que no lo quieres probar? —pregunté, después de que tragué el gran bocado que me había dado.
— No, estoy bien así, el aguacate no es de mis aperitivos preferidos. —dijo, echando la canasta de las tostadas con la salsa de aguacate a mi lado.
— Entiendo, no ha muchas personas que les agrada las salsas de aguacate. —comenté dando otro mordisco a la tostada.
— ¿Qué otra cosa te gusta? —preguntó interesado en saber más de mi.
— Me gusta mucho pintar y la danza, de niña practiqué todo tipos de danzas hasta que me rompí el tobillo y me ví en la obligación de dejarlo. —respondí, recordando aquellos tiempos en las que era bailarina.
— Debiste de ser una muy buena bailarina, es una lastima que hubieras tenido que dejarlo porque me gustaría verte bailar. —dijo, a lo que sonreí ligeramente ante su comentario.
