Cap. 3

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Capítulo 3: Dolor.

Casi al amanecer, ya estaba todo recogido y el lugar limpio, Sergio llevaría unas cosas a su departamento y luego regresaría por Max, Charles y Carlos, quienes jugaban voleibol entre ellos.

— Dios, mi maridito se ve tan sexy cargando esas cajas. — Los tres rieron en conjunto por el comentario de Max, Carlos y Charles comenzaron a molestar Max por referirse a Sergio como "mi maridito"

Todo era risas y diversión hasta que su alegría fue interrumpida por el chirrido de los neumáticos y el sonido penetrante de la colisión del metal, un fuerte estruendo que en una fracción de segundo destrozó los sueños y esperanzas que recién habían comenzado la noche anterior.

Los tres corrieron rápidamente hacia donde se había escuchado aquel fuerte impacto, deseando que sus pensamientos fueran lo más alejados de la realidad posible, quedándose helados al ver la perturbadora imagen del accidente.

Max sintió que en ese momento el mundo se detuvo, aturdido y en estado de shock, observando como la vida de su esposo parecía escaparse frente a sus ojos.

En un instante, el mundo pasó de ser alegre celebración a una pesadilla insoportable. La devastación lo consumió, las lágrimas corrían por su rostro mientras se aferraba a los brazos de Charles.

Cuando recuperó la conciencia, se encontró rodeado por el caos y las luces intermitentes de la escena del accidente. El pánico y miedo se apoderaron de su corazón, un dolor implacable que coincidía con los restos que le rodeaban.

Los paramédicos corrieron a su lado, aseguréndole que la ayuda estaba en camino. Mientras temblaba de preocupación y dolor, los destellos de su historia de amor se desarrollaban como instantes en su mente. La risa, las lágrimas y los sueños que habían compartido parecían frágiles e infinitamente preciosos.

Mientras tanto, en medio de los restos de ambos vehículos, Sergio, con cada respiración luchaba por mantenerse consciente, sus pensamientos consumidos por Max y el amor que habían nutrido, se aferró a la esperanza de verlo sonreír una vez más, prometiéndose a sí mismo que su amor los llevaría a través de esa hora oscura.

Sin embargo, no todo es posible en esta vida, cuando finalmente lograron sacar su cuerpo estaba muy debilitado, suspendido entre la vida y la muerte rápidamente lo llevaron al hospital, buscando aún mantenerlo con vida, débil, pero vivo.

Así mismo Max, junto a Charles y Carlos corrieron también al hospital. Carlos daba indicaciones mientras Charles intentaba bajar el ataque de pánico de Max.

Al llegar ellos al hospital rápidamente preguntaron por él, recibiendo como respuesta que se encontraba en quirófano y que más tarde el doctor daría el informe de su estado.

Poco tiempo después llegó una enfermera en busca de Max, únicamente con el fin de entregarle una bolsa con las pertenencias de su ahora esposo, es decir lo que traía cuando llegó al hospital.

Rápidamente tomó entre sus manos su argolla de matrimonio, queriendo protegerla de todo, pues era el sello de un sin fin de sueños y promesas, los cuales parecían estar perdidos conforme pasaba el tiempo.

Y después de largas horas de espera con el corazón agobiado por la ansiedad, por fin un doctor se acercó para informar sobre el estado de Sergio.

— Tuvo mucha suerte de estar vivo, ya logramos estabilizarlo, solo falta que despierte.— mencionó una serie de lesiones, resaltando un fuerte golpe en la cabeza.

Mas tarde, de regreso en su hogar Charles se quedó con él mientras Carlos se hacía bolas con el seguro del auto. Pensaba una y otra vez en todo lo que había sucedido en menos de 24 horas, en la forma en la que en un instante su vida dió un giro totalmente inesperado, robándose la razón de su sonrisa y el sentido de su vivir.

— Hoy quédense a dormir chicos, por favor— Habló mientras los miraba cenar, haciendo su vaso de agua a un lado ya que el por el contrario del par Max sentía el estómago revuelto, no tenía nada de hambre.

Eaa noche no durmió, simplemente no sabía cómo reaccionar y la noche se fue en lágrimas silenciosas mientras miraba las fotos y videos de la noche de su boda.

El video donde estaban bailando, Max recuerda como susuró en su oido, dulce mientras le dedicaba una sonrisa tierna.

— Mira las estrellas, mira como brillan por ti, te ves precioso bajo su luz.

Se aferró a las imágenes en su teléfono, dejándose llevar por los recuerdos que se reproducían una y otra vez en su mente hasta quedarse dormido, con la esperanza de que al despertar, lo primero que viera fuera la hermosa sonrisa de su amado, que lo abrazara y le asegurara que todo estaría bien.

💛

Más cortito porque estoy sumida en la depresión.
Les tekueme

Byee

Yellow [Chestappen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora