Tontos y enamorados. [Goyuu-AU]

Almuerzos.

Tontos y enamorados.

Bento.

Itadori había pensado que el día seguiría como cualquier otro, con los compañeros ignorándolo y Sukuna rechazando su invitación para almorzar. Otro día comiendo solo.

Quizás se había dejado mimar mucho por su abuelo y hermanos, quienes siempre le dijeron que la comida sabía mejor cuando se comía y compartía con otros, tal vez por eso la comida últimamente no era deliciosa para él.

Y se sentía terrible de no poder contarle a sus hermanos su sentir.

Suspiró mirando su bento, planteándose no comer nada por ese día, entonces de forma repentina alguien habló cerca, Yuji se giró cauteloso por si no le hablaban a él.

Se alegró al ver al Senpai de ojos bonitos, saludando. Y no solo le saludó sino que le acompañó a desayunar.

El albino parecía una persona misteriosa, a veces actuaba de forma avergonzada por cosas simples y ahora, de la nada, estaba abriendo la boca esperando recibir un bocado.

Sus ojos cerrados dejaban a la vista una gruesa hilera de pestañas pálidas y largas, del mismo tono que su cabello. Y está era la segunda  vez que estaba tan cerca para notar las hermosas facciones de su Senpai.

Quizás Yuji estaba demasiado consciente pues en lo único que podía pensar era que aquel gesto era algo íntimo.

¿No era eso un beso indirecto?

Imaginar eso le hizo enrojecer hasta las orejas.

—P-puede tomarlo con los dedos, no me molesta. —Dijo para darle tiempo a Gojo para que pensara en lo que compartir palillos significaba.

—Pero entonces mis dedos se ensuciarán.—Respondió de inmediato, como si ya  tuviera la respuesta de antemano.

A Yuji le tomó unos segundos más por fin decidirse a darle de comer en la boca. “Bueno, da igual.” Se dijo a si mismo que ese acto no tenía importancia, si a su Senpai no le molestaba a él tampoco.

A pesar de que Gojo le dijo que era delicado con la comida, se comió todo lo que le dio y lo disfrutó, al menos eso le pareció a Yuji. La forma en la que pedía “más” le resultó adorable.

Cuando terminaron de comer Yuji pensó que tendría la oportunidad de hablar un poco más con Satoru y aunque solo compartieron un par de palabras, eso fue suficiente para alegrarle el día.

Gojo le compartió de su tan preciado pan y cuando Yuji lo probó no pudo contener el pequeño sonido de felicidad.

—Esta delicioso, gracias Senpai. —Agradeció genuinamente, pues era verdad, ese día de nuevo la comida era deliciosa.

Se despidió de Gojo cuando la campana sonó y pasó el resto del día con una sonrisa que ni el desprecio de sus compañeros logró borrar.

Más tarde esa noche, se encontraba en el comedor con Sukuna, sus otros dos hermanos habían avisado que llegarían más tarde de lo normal, por lo que no cenarían juntos. Por el momento su gemelo parecía tranquilo, así que Yuji no tendría que preocuparse por hoy.