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—"Algunos causan felicidad dondequiera que van; otros cuando se van"— citó Cillian dejando su portafolio a un lado del escritorio. Este había llegado tarde, un poco inusual en él, nunca sucedía tal cosa pues, no le gustaba faltar o llegar tarde a su oficio— Oscar Wilde. Coincidirán en que cada una de las frases que su pluma ha escrito están cargadas de un significado más profundo del que parecieran tener a primera vista.
El castaño buscó el forro el cuál usaba para dejar sus lentes, mientras lo hacía lanzó una pregunta al aire en espera de que algún alumno respondiera—¿Alguno me podría decir quién es Oscar Wilde?
Su pregunta no demoró en ser respondida— Es un escritor irlandés, autor de clásicos como: El retrato de Dorian Gray o La importancia de llamarse Ernesto,— habló una chica.
—Bien, señorita Hill— mencionó Cillian colocándose sus lentes y caminando hacía sus alumnos, paseando de un lado a otro, al hablar usaba mucho sus manos y se expresaba muy bien, era entretenido— También tenemos ésta frase: "La única forma de librarse de la tentación es caer en ella".
Luego de hablar su mirada cayó en alguien en específico, Arabella y él conectaron miradas enseguida, para la chica fue imposible no sonreír.
Cillian debía admitir que luego de su última conversación con la joven, que fué por medio de mensajería, se sentía plenamente feliz y emocionado, pues pensaba que ya ella no querría saber de él luego de la corta "discusión".
A diferencia de todos los días la hora avanzaba tan lenta que parecía interminable, pero nadie parecía quejarse de ello, ya que dentro de poco empezarían los exámenes y a pesar de ser literatura, los exámenes de Cillian no eran para nada fáciles.
—Por cierto, daré el aviso que dentro de unas semanas la facultad comenzará con la presentación de proyectos y exposiciones, por sí les interesa, además eso les servirá muchísimo ya que como saben siempre vienen personas de afuera.— le echó un vistazo al reloj de su muñeca para luego caminar hasta la puerta abriendo ésta— Eso sería todo, chicos, nos vemos mañana.
Todos empezaron a salir y el ojiazul fué hasta su escritorio para guardar sus pertenencias, era el único día que tuvo un horario bastante corto, así que le quedaba el resto del día libre. Antes de retirarse de la facultad el director lo llamó, cosa que tuvo que pasar por la gran oficina de este.
—¡Mi querido, Cillian! ¡El mejor profesor de literatura que hemos tenido!— exclamó con ánimos el hombre canoso que yacía sentado en su gran silla giratoria,— Tiempo sin verte por acá.
El castaño rodó los ojos ante lo que escuchaba y negó con una sonrisa a labios sellados— Grensted, ¿Qué tal todo?— al adentrarse cerró la puerta detrás suyo y se acercó a una de las sillas que estaban delante del escritorio del hombre canoso.
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𝙄𝙣𝙣𝙤𝙘𝙚𝙣𝙘𝙚 › 𝘊𝘪𝘭𝘭𝘪𝘢𝘯 𝘔𝘶𝘳𝘱𝘩𝘺
Romance╭─ 🌿,, ⟶ 𝘀𝗲𝗺𝗽𝗶𝘁𝗲𝗿𝗻𝗼 ꠸ ° . ┊ 𝘘𝘶𝘦 𝘥𝘶𝘳𝘢𝘳á 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦; 𝘲𝘶𝘦 𝘩𝘢𝘣𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘵𝘦𝘯𝘪𝘥𝘰 𝘶𝘯 𝘱𝘳𝘪𝘯𝘤𝘪𝘱𝘪𝘰, 𝘯𝘰 𝘵𝘦𝘯𝘥𝘳á 𝘶𝘯 𝘧𝘪𝘯. ┊ ┊ ┊ ╰────── ─ ─╮