Capítulo 99

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Lu Chuanchuan ha desertado al enemigo

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Yan Shiqing tuvo una extraña y buena noche de sueño.

Miró los débiles ojos negros de Lu Chuanchuan y no sintió culpa alguna. Enarcó una ceja y habló con franqueza:

— Buenos días.

— Buenos días. — Lu Chuanchuan respondió con voz temblorosa.

Detrás de Yan Shiqing, la pequeña serpiente blanca y Si Zai iban de la "mano". Pero antes de que pudieran acercarse lo suficiente, las cejas de Yan Shiqing se alzaron y les llamó con sutileza.

— Espera. — Yan Shiqing le hizo señas. — Déjame ver tu cabeza.

Si Zai parpadeó y se enroscó obedientemente en su muñeca.

Yan Shiqing miró atentamente a su alrededor, luego estiró los dedos y los presionó sobre la cabeza del cachorro para comprobar al tacto. Finalmente, dijo con certeza:

— Te han salido cuernos.

Si Zai: ¿Eh?

Siempre ha tenido dos pequeños bultos en la cabeza, y papá bromeaba con él diciendo que "podría tener sangre de dragón". Pero Si Zai era muy flojo en cultivar esa zona que parecía un producto sin terminar.

O, más bien, estaba más cerca del legendario "jiao¹", una forma de transición entre la serpiente y el dragón...

Forma de transición entre la serpiente y el dragón.

Yan Shiqing pensó:

— Tal vez realmente tienes la línea de sangre de un dragón.

Lo mismo, viniendo de papá, era como un cuento de hadas para engañar a los niños. Pero cuando salía de la boca de su padre, era más creíble.

Al instante, Si Zai levantó a la pequeña serpiente blanca en el aire, con los ojos ligeramente expectantes:

— ¿Qué pasa con eso?

La pequeña serpiente blanca de repente cerró los ojos ante Yan Shiqing, un poco nervioso, pero también un poco tímido, esta persona es el padre de la pequeña serpiente negra, así que, entonces se considera como conocer a los suegros ah 0v0.

Es sólo que este padre parece tan feroz.

Yan Shiqing lo miró durante dos segundos.

Un poco de miedo recorrió el corazón de la pequeña serpiente blanca cuando vio que aquel hombre de aspecto feroz se relajaba y sonreía. Sus cejas eran muy suaves, y sus ojos estaban llenos de una leve burla y cariño, sus palabras no daban miedo en absoluto, sino que eran amables.

La pequeña serpiente blanca se llenó al instante de buenos sentimientos hacia él.

— ¿Puedo tocar el bulto de tu cabeza? — preguntó Yan Shiqing.

Pequeña serpiente blanca:

— Sí, sí.

Yan Shiqing se movió suavemente, pero lo examinó con cuidado.

No sabía qué le había pasado ayer a la pequeña serpiente blanca, pero este cuerno en la parte superior de su cabeza mostraba signos de estar creciendo.

Si Zai ladeó la cabeza y hundió nerviosamente la cola en el suelo.

Yan Shiqing parecía divertido y no lo hizo más complicado, diciendo directamente:

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