Capítulo 24

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Bill;

-¿de que contrato habla bill, papá?- pregunto entrando

-no le hagas caso a bill, solo lo dice para molestar, ¿verdad bill?- pregunto levantandose de dónde estaba

-no- negué al instante -ya es momento de que lo sepas-
dije dirigiéndome a hanna

-¿saber qué?- frunció el ceño confundida

-tu padre me hizo firmar un contrato, en dónde aceptaba ser tu novio, de lo contrario despediria a mi mamá de su trabajo y se quedaría con la agencia de mi jefe- hice una pausa -ese contrato consistía en hacerte creer que me gustabas y que sentia lo mismo por ti- mire a hanna y ella veía a su papá con enojo -perdoname hanna, yo nunca deje de amar a tn, ella es y seguirá siendo la chica de la que esté enamorado-

Ella solo trataba de no llorar, pero le era imposible.

-¿cómo pudiste?- le pregunto hanna a su padre empezando a llorar -eres un maldito, te odio-

-hanna, perdón...- hanna lo interrumpió

-callate, cállate, cállate, no quiero tus absurdas disculpas, eres un estúpido- dijo gritando

-solo quería verte feliz...- dijo y hanna empezó a reír

-¿feliz?- rió a carcajadas -no, nunca podré serlo, si el hombre del que estoy enamorada no me ama a mi-

Hanna comenzó a gritar como histérica, y a querer golpear a su padre, también se la pasaba diciendo cosas sobre tn, que la odiaba o cosas así, por eso los dos hombres que estaban ahí le ayudaron a su padre a sacarla de la empresa, se olvidaron por completo de que yo estaba ahí y de que tenían torturando a mi jefe, por eso aproveche para desatarlo y ayudarle a escapar, subimos por dónde había bajado yo, y bajamos por las escaleras de atrás, yo iba cargandolo, por qué el no se podía mover tanto, se queja de los golpes recibidos.

Pedi a james venir, y ya estaba ahí esperándonos, cuando subimos me sorprendi al ver a tom.

El nunca me dejaba solo, solo que está vez no le conté sobre esto, pero si se lo hubiera dicho, tom ya hubiera golpeado a los dos tipos esos y al padre de hanna, tom siempre tan buen hermano, nunca me dejó abajo, en ningún momento, cuando más necesitaba a tn, el ahí estaba, cuando me sentía fatal el también ahí estaba, no sabría que hacer sin el, lo amaba tanto, por qué compartía mis problemas como si fueran suyos, y es que a pesar de todo, el seguía a mi lado, a pesar de que aveces discutíamos y yo era malo con el, o cuando yo le ocultaba cosas y que no le contaba, el a pesar de ello siguió a mi lado y nunca dejo de apoyarme.

Llevamos a el jefe a un hospital, en dónde rápidamente lo trasladaron a una camilla y lo atendieron de urgencia por qué estaba sangrando demasiado de una pierna, dónde había recibido un balazo.

Estábamos sentados en los asientos de la sala de espera cuando llegan georg y gustav.

-hemos llegado, ¿que paso?- pregunto georg

-el jefe recibió un balazo- dijo tom

-pero ¿como?, ¿quien le dió el balazo?- pregunto gustav

-pues el padre de hanna lo estaba torturando- dije y estos se sentaron a lado de nosotros

-no mames, como supiste o que, contexto- dijo gustav

Y tom empezó a reír, iba a decir algo con albur pero los tres lo callamos.

-es que recibí una llamada de el, pidiendo ayuda, gritaba suplicando y me vino a la mente que podría estar en la bodega de la empresa del padre de hanna, y que estaba siendo maltratado por el- hice una pausa -por eso rápidamente me dirigi hasta allá y si, tal y como pensé el ahí estaba atado a una silla-

Rette mich (bill kaulitz) tercer libro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora