Quería quedarnos juntos hasta el día de nuestra muerte.. Amores lejanos tan tóxicos, ya solo estaba deseando tu cuerpo..
NARRADORA
No encontraba Bill a Tom, se preguntaba dónde estaba, lo busco, y pretendía seguirlo buscando..
-¡Tom! ¡Estás aquí! - Bill abría la puerta
- Pero...- Bill veía
- Pensé que estaría aquí, no hay nadie, solo un baño solo..- Bill salía del baño de los hombres
Tom salía del baño de los hombres, secando su cabello..
- Te estaba buscando, demoraste mucho Tom! - Bill cruzaba los brazos
- Estoy aquí cielo, estás ebrio, o aún no¿? - Tom sobaba los brazos de Bill
- Si, pero estoy muy molesto.- Bill se dió media vuelta y Tom lo agarraba de la cadera
Tom Me gustaría azotarte con mi cinturón en las piernas, en el culo, en las caderas. Me gustaría hacerte estremecer y llorar, y cuando te estés estremeciendo y llorando, arrojarte dentro todo mi amor.. Pero..
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No veo el momento de quitarte la ropa, con urgencia, nada más llegar. De meterte en la ducha y compartir el agua corriendo por nuestros cuerpos, de ver cómo las dos pieles tan distintas se van uniendo, pegándose la una a la otra, fundiéndose finalmente en una sola. No veo el momento de que llegues una vez más..
Tenía el deseo de hacerlo mío de solo verlo, quiera cogerlo, tenerlo en mis manos..
Porque pienso en cómo va a recorrerte mi boca, buscando los mil recovecos de tu cuerpo, subiendo tu temperatura hasta que estés a punto de estallar. Y volver una y otra vez a sentirte muy dentro, tan dentro que no podamos separarnos y no nos quede más remedio que llegar al final, juntos, muy juntos.
Y no sé si voy a poder contener este huracán de deseo que llevo dentro, pero quiero reservarlo para ti, amor. Quiero que explotemos juntos una vez más después subir y bajar intensamente hasta que todos nuestros músculos digan basta y todo este torrente de pasión se desborde.
Quería chupar cada parte de su suave pene, el escroto, todo de el..
Lo veía a los ojos.. y quería meter mi mano debajo de sus pantalones
Ahora imagino que huele a sexo, que su sudor es más salado que su entrepierna, y que sus labios tiemblan porque mis dedos se escabulleron entre sus sábanas para darle el placer que tantas veces he soñado. Su pelo es una maraña informe alrededor de su cabeza, enredado por los continuos movimientos sobre la almohada manchada del carmín y rímel que nunca retira antes de dejarse seducir por la cama..
