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—¡¿Podrías parar un maldito segundo y relajarte?! —Le gritaste a tu novio, ya estresado por la forma en que casi había estado haciendo un agujero en el suelo de la sala de estar con todos sus paseos.
—¡¿Que me relaje?! —Five gritó, dándose la vuelta para mirarte— ¿Te das cuenta de lo estúpida que suenas? ¿Cómo podría relajarme? ¡Perdí mi última pista en ese maldito ojo!
—¿Otra vez? —Levantaste una ceja, cruzándote de brazos mientras le mirabas con curiosidad.
¿Acaba de llamarte estúpida indirectamente?
Tus nervios estaban tirando de los últimos hilos de paciencia que habías dejado dentro de ti, llevaban así unos cuantos días. Sabías que la vida no sería tranquila cuando decidiste darle una oportunidad a una relación con tu pareja, pero nunca esperaste que las cosas se pusieran tan desordenadas.
No solo habías seguido su malhumorado trasero hasta 2019 para detener un apocalipsis, que no podría importarte menos, sino que ahora te habías quedado atrapada en un cuerpo más joven porque calculó mal algo antes de viajar en el tiempo. Además de todo eso, se había comportado como un imbécil con sus hermanos, con los cuales te encariñaste bastante y viceversa.
También comenzó a ser un imbécil contigo, todo porque no podía encontrar una manera de detener el apocalipsis.
—Five Hargreeves, ¿acabas de llamarme estúpida? —Le preguntaste, viendo que se quedaba congelado en su sitio, repasando sus palabras en su mente.
—No exactamente. —Frunció las cejas en señal de confusión, antes de darse cuenta de la expresión irritada de tu cara— No tengo tiempo para esto.
—¿Crees que tuve tiempo en los últimos tres años para aguantar tu mierda? —Replicaste, haciéndole levantar las cejas sorprendido por tu repentino estallido— Jódete, imbécil.
—¡Eso sí que fue grosero! —Gritó detras de ti una vez que comenzaste a salir de la habitación, ignorándolo por completo— ¡______!
Habías estado en la Comisión durante más de cuatro décadas, confiabas plenamente en sus elecciones, ya que nunca te dieron una razón para no hacerlo. Bueno, eso fue hasta que la encargada reclutó a Five Hargreeves. Era unos cuatro o cinco años mayor que tú, pero aún así tenía las impecables habilidades de un asesino, justo lo que la organización quería y necesitaba.
Tú , siendo uno de los agentes de mayor confianza de la encargada, ella lo asignó bajo tu ala al principio hasta que se adaptara. Entonces así, se convirtió en tu compañero, no pasó mucho tiempo hasta que se convirtió en tu compañero en el verdadero sentido de la palabra.
Five estaba enamorado de ti, estúpidamente enamorado de ti. Amaba tu ingenio y tu amabilidad, amaba que pudiera tener conversaciones intelectuales contigo durante horas y horas, amaba volver a sentirse completo de nuevo con solo una mirada a tu rostro, tu sonrisa, tus ojos.
