Esta podría acabar siendo la peor decisión que Wooyoung hubiera tomado en su vida. Pulsando una y otra vez un botón en su reproductor MP3, trataba de dar con esa canción que, o bien le calmara, o le diera el chute de adrenalina que necesitaba. Pero no la encontraba.
¿En qué habría estado pensando? Ya tenía una edad; no podía tropezar dos veces con la misma piedra. El tipo era un abusón y Wooyoung se acordaba perfectamente de ese miedo a ir al instituto y encontrarse con Choi San. Así que, ¿cómo se le había ocurrido ofrecerle que fuera su cita durante tres días? ¡Tres días! Y la transacción ni siquiera incluía sexo, porque Wooyoung no se sentía a gusto pagando por algo así. Puede que hubiera madurado y se hubiera refinado, pero había ciertas cosas que se negaba a cambiar.
La verdad es que San seguía siendo tan delicioso y tentador como el chocolate derretido. Parecía que a su antiguo amor le habían sentado bien los años. Lo que había sentido al verle masturbarse era el equivalente a lo que sentiría un científico al visitar el Gran Colisionador de Hadrones. Le había hecho sentir privilegiado, a pesar de que sabía que lo que había pasado en el garaje no tenía nada de especial. Bueno, salvo por el descubrimiento de que San era gay.
San. Que ahora mismo caminaba hacia él con una camiseta blanca que nada hacía por ocultar cada músculo de su cuerpo. Con unas gafas de sol naranjas, vaqueros de tiro bajo y una bolsa de lona sobre su hombro, era el sueño húmedo de Wooyoung. Siempre lo había sido, pero ahora —ese San adulto, cachas y de hombros amplios— lo era incluso más.
Debía de haberse duchado, porque su pelo castaño estaba empapado y llevaba algún mechón pegado a la cara. Parecía tan contento que resultaba difícil de creer.
Por lo visto no necesitaba demasiado para ser feliz.
Al pasar a su lado, lanzó la bolsa al maletero del Jaguar. Wooyoung iba a soltar un comentario mordaz, pero no logró ni abrir la boca. Siguió con la mirada a San, que se dirigió a la tienda. Por la ventana vio cómo se acercaba al hombre canoso que, con cara de borde, se sentaba tras el mostrador. Observó cómo le daba un billete al viejo y este le entregaba otros a cambio. Guardándose el dinero en la cartera, San señaló hacia fuera y cuando Wooyoung sintió los ojos de ambos en él no supo si sonreír o arrancar el coche y huir.
El jefe de San se levantó y golpeó con el puño el mostrador, su cara convirtiéndose en una máscara de rabia. No creía que San fuera a conseguir buenas referencias después de este numerito. Pero luego la cosa empeoró.
Wooyoung abrió los ojos como platos al ver cómo San gritaba algo y luego le enseñaba a su jefe el dedo corazón. Y ahí se desató el infierno: el viejo intentó agarrar a San a través del mostrador y este se retiró, chocando contra una pila de papel higiénico que cayó al suelo. Wooyoung se quedó perplejo cuando vio cómo San empezaba a coger los rollos y a lanzárselos a su jefe, que continuaba gritando. Lo único que se le ocurrió que podía hacer para interrumpir la pelea era llamar a San para que se metiera en el coche, así que tocó el claxon.
San se giró para mirarle y si en ese momento no llega a agacharse, no hubiera podido esquivar el mando de la tele que el tipo del mostrador lanzó en su dirección. Cogiendo unos cuantos rollos de papel más, salió corriendo de la tienda, demostrándole así a Wooyoung que, a pesar de los años, San no había madurado en absoluto.
Wooyoung se limitó a observar la escena. ¿Habría alguna cámara oculta? ¿Era esto algún tipo de enrevesada artimaña para dejarle en ridículo?
Gritó el nombre de San, desesperado por largarse de ahí. Se le estaba revolviendo el estómago de los nervios.
—¡Ya voy! ¡Solo quiero dejarle las cosas claras a este cabronazo! — gritó San a la carrera mientras se dirigía hacia el coche. Pero no fue el único que salió corriendo de la tienda, su jefe venía justo detrás de él.
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Perfect Man |Woosan|
FanfictionCuando Jung Wooyoung para en una vieja y destartalada gasolinera y se encuentra con Choi San -abusón de instituto y amor platónico, todo en uno- cree que por fin las estrellas se han alineado a su favor y que podrá tener su esperada venganza de una...