¿Los cambios son siempre buenos?
Aquella pregunta atormentaba la mente de aquel chico de pelo castaño y sudadera blanca, el cuál, estaba apunto de tomar el autobús hacia aquel destino desconocido para aquel chico de nombre Aquino...
Solo espero que...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Otra semana empezaba en el pueblo Ophelia y nuestro querido protagonista de pelo castaño, ojos de color miel y suéter blanco se encontraba de nuevo en la entrada de la cueva esperando al chico enmascarado para ir a explorar juntos.
—¡Aquinito!—Estailus se acerca rápidamente hacia él castaño para abrazarlo ya que lo había extrañado.
—¡Hey Estailus!—Aquino corresponde el abrazo.
¿¡Estas Listo Aquinin!?
Si...
Aquellos dos se encontraban caminando por las oscuras y profundas caminos de la cueva, mientras que platicaban sobre las aventuras que tuvo Estailus en esa semana que no se vieron...
—¡Luego Shad mato a esos dos monstruos!—Estailus termina de contar aquella aventura que tuvo con su amigo donde un zombi y un esqueleto casi mata a enmascarado.
—¿Quién es Shad?—Aquino pregunto ya que no era la primera vez que Estailus decía su nombre.
—¡Es un amigo mío y de Duxo, es buena gente, ¿Quizás nos lo encontramos ahorita?—Estailus prendió una llama ya que vio como Aquino entrecerraba los ojos para poder ver algo.
—Gracias, no veía ni un pincho—Aquino voltea a ver a Estailus.
—Y...¿Hablaste con Duxo?
—Si..., creo que ya está todo mejor.
—¡Me alegra escuchar eso, ustedes dos se ve que se quieren mucho!
Aquino se quedo pensando ante aquellas palabras, y para ser sincero era verdad, desde que se mudó al pueblo, Duxo se convirtió en su día a día y agradecía esto, a pesar de que los últimos días a estado mas desaparecido de lo común, pero, aun así, desde lo que paso aquel día en la feria...
Su corazón empezó a latir fuertemente al recordar lo cerca que Duxo estaba de su cara, el como sus ojos se posaban en los suyos.
Sus mejillas se tiñeron de un rojo carmesí al recordar cómo se sintió protegido entre los brazos de Duxo...
Se sintió...
¿Ahora que mierda te pasa Aquino?
—¿Para qué querías venir?—Estailus le pregunta, ya que lo único que Duxo fue quien le pregunto si podía acompañar a Aquino a las cuevas, pero nunca le dio la razón.
—Quiero encontrar otro diamante para Mictia—Aquino le respondió mientras que casaba su pico para picar una mena de oro.
—¡Oye Aquino iré rápido por mi pico!, ¿Crees que puedas esperarme?—Estailus le dice a Aquino por lo que Aquino solo sintió.