DxD, Mi Sistema de Villanos

Capítulo 49: Robos, habilidades y engaños

A la mañana siguiente.

Light fue a la cocina, donde vio a Akeno.

"Buenos días, Light." Al verlo, Akeno comentó con una sonrisa traviesa mientras probaba un trozo de chocolate: "Nada como comenzar el día con un toque dulce, ¿no crees?"

Con una suave sonrisa, Light respondió: "Dicen que el chocolate es bueno para el corazón, pero verte así por la mañana es aún mejor para el mío".

—Ara, ara —inclinó la cabeza, con un brillo juguetón en los ojos—. "Dime, Light, ¿es la vista o el chocolate lo que te hace decir cosas tan dulces por la mañana?"

Con una mirada astuta, Light respondió: "El chocolate puede endulzar el sabor, pero son las palabras dulces las que mantienen la conversación interesante, ¿no crees?"

Ella se rió suavemente, "Ara, ara, Light. Tal vez debería comenzar a traer chocolate todas las mañanas solo para escucharte hablar así ~"

Con un movimiento de cabeza confiado, Light dijo: "Bueno, si el chocolate es la clave para escuchar más de tu risa, compraré toda la fábrica".

Ella se acercó más, sus labios casi rozaron su oreja, "¿Y si te dijera que no es el chocolate lo que me hace reír, sino el hombre frente a mí?"

Sin inmutarse, Light se inclinó para susurrarle: "Entonces es un buen negocio. Te hago reír, Tú me alegras el día".

Akeno se rió suavemente, tan melodioso como el canto de los pájaros por la mañana. "Oh, Light, seguro que sabes cómo encantar a una mujer".

Pero luego, dio un paso atrás, tal vez por primera vez en su vida, sintió que su corazón se aceleraba por un hombre.

Light extendió la mano, entrelazando sus dedos con los de ella. "Dicen que los mejores momentos ocurren cuando son inesperados. ¿Quieres unirte a mí y ver a dónde nos lleva este momento?"

Akeno sintió que sus mejillas se calentaran, recordando el tiempo que habían pasado juntos en la sala de entrenamiento especial. Durante ese período, Light la había tratado con respeto y la había ayudado a perfeccionar sus habilidades. Ahora, vio un lado diferente de él que la fascinaba, pero que también la dejaba algo inquieta.

Tirando suavemente de su mano hacia atrás, esbozó una sonrisa enigmática. "Tomarse las cosas con calma a veces puede hacer que el juego sea más interesante, ¿no crees?"

Se alejó con gracia, pero ¿qué podía estar oculto en su corazón en ese momento?

"Se alejó", pensó Light, soltando una carcajada: "Jajaja".

Dirigiéndose a la nevera, Light escogió algunas frutas para hacer un batido. La mezcla de sabores le hizo reflexionar sobre la complejidad de las emociones y las relaciones, y cómo cada ingrediente, o momento, añadía algo único.

Muy pronto, la casa comenzó a despertar y la cocina y la sala de estar se llenaron de ruido.

En este escenario, aunque prefería la calma y el silencio, tampoco le importaba la conmoción.

Con tanta gente alrededor, se formaron pequeños grupos de dos o tres, conversando por separado.

Light charlaba principalmente con su hermana pequeña y Himari, ocasionalmente con Kiba.

Akeno, que había regresado, a veces le lanzaba miradas provocativas, pero Light captó algo más en sus ojos, algo difícil de descifrar.

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Después del mediodía, Light se fue como dijo que lo haría.

Volando por el cielo, se dirigió hacia donde se alojaba Misa.