CAPÍTULO 12

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Out the dark and into the light

Half love, half regret

Dressin' up for Polaroids and cigarettes

Socialize, romanticize the life

– Sex, Drugs, Etc. (Beach Weather)


— Bueno, ya puede empezar la fiesta. — grita Lucas mientras nos saluda.

Rodrigo se limita a pronunciar un tímido "Hola" sin mostrar ninguna emoción. Decido que lo mejor es ignorarlo y pasármelo bien. Así, de un momento a otro. Jaime se acerca y rodea a Sara desde detrás, por la cintura. Empiezan una conversación totalmente paralela a la nuestra, para ellos es más que suficiente, lo hacen ver.

— Hay bastante gente – sigue.

—Por eso digo yo que podríamos prescindir de vosotros. — interviene Pilar.

— Me da que tengo órdenes directas de la jefa para estar aquí.

Y como era de esperar empiezan a picarse el uno al otro. Al final hay que admitir la derrota y decido dejarlos estar. Antes de que me arrepienta de algo, me doy la vuelta para llamar a mi hermana mayor y empezar de verdad con lo que todos estamos esperando.

— ¡Oye Rebeca! — me giro, ¿por qué tienes que decirme algo a mí?

— Dime.

— Ehh, que gracias por invitarme. — veo cómo Rodrigo se lleva la mano al pelo — Aunque, tengo una pregunta.

— Me alegro de que hayas venido. — le digo encogiéndome un poco, totalmente consciente.

— ¿Eso quiere decir que me vas a contestar? — si alguien lo ve ahora mismo, sin un rastro de la timidez de hace unos segundos, no pensaría que es la misma persona.

— Tú prueba, a lo mejor es tu día de suerte. — la verdad es que me muero por conocer lo que quiere saber de mí.

Eso no es lo importante ahora, me repito.

El hecho de que me esté ocultando cosas que ni Pilar ni Sara son capaces de decirme. Algo por lo que Lucas ha estado raro estos últimos días. Y qué Rodrigo es incapaz de decirme ahora, cara a cara: es lo que me está matando por dentro, eso es lo que quiero saber.

A lo mejor simplemente no quiere admitir que ha estado jugando conmigo. Que en realidad no quiere conocerme. Que las promesas son solo palabras pérdidas entre recuerdos.

Que es por mí. Que no es por mí.

Como no se decide, nerviosa, cojo la iniciativa. Me acerco unos pasos hasta que llegamos a respirar el mismo aire. Lo hago para meterle presión, para que sea valiente.

No está ligado a la necesidad que siento ahora mismo de acortar la distancia entre nosotros.

De fijarme en sus ojos negros, de cómo los rizos rubios le caen desordenados por la frente, de cómo sería él el primero. Por que si él es. Es el primero.

— ¿Cuál es la pregunta que me tienes que hacer?

Es su turno de acercarse. Noto su aliento en la oreja, no soy consciente de las personas que nos rodean. De que, seguro que mis amigos saben la verdad y están alrededor mirando.

— Tengo una duda, ¿esto se consideraría nuestra primera cita? – me estremezco bajo sus labios.

— Eso es un poco descarado de tu parte, ¿no crees? – logro articular.

Mientras Sea VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora