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Thalía amaba dormir. Pero a la vez lo odiaba.
Sus sueños siempre tenían un significado, un aviso, una advertencia de alguna catástrofe . Soñaba con el pasado, con el presente y con el futuro.
Esta vez soñó con el futuro.
Soño que Deathmask moría en la entrada del abismo que era la entrada definitiva al Inframundo. El hombre que caminaba por el Yomotsu encontraría la muerte en sus entrañas.
Luego perdió a su maestro. Un sacrificio ante un gran muro, su cosmos ardió de tal manera que pensó que estaba ante el Sol. No quedaría un cadaver que enterrar.
Sus padres morirían. Morirán.
Uno deberá soportar la ausencia del otro hasta que puedan reunirse en el más allá.
Se irían.
La dejarían sola. No podrá enterrar a ninguno. No podrá darles sepultura. No habrá cuerpo que velar, ni llorar. Lo único que le confirmaría su ausencia sería una lápida blanca y fría.
La muerte volvería a arrebatarle a las personas que amaba.
Al despertarse, aún podía oler la sangre, y el eco del desvanecimiento del cosmos de aquellos que se convirtieron en sus padres y en sus confidentes la aturdía y desorientaba.
Thalía bajo silenciosamente de la gran cama y se encaminó al cuarto templo en busca del primer padre que la iba a dejar. Al entrar en su cuarto lo vió dormir con la luz de la luna llena bañando su figura fantasmagórica. Thalía se montó en la cama fría como una lápida y se acercó al durmiente. Puso su dedo cerca de su nariz y noto que respiraba. Thalía se sentó en completo silencio.
Thalía no lloraba, no le servía de nada. Llorar no traería a su madre y tías a la vida. Llorar no haría que Jason volviera a su lado. Llorar no evitaría el destino grabado en piedra.
¿Entonces porqué sus ojos traidores soltaban aquel líquido tan insulso e insufrible? Salía sin su permiso y no podía detenerlo. Se mordió bruscamente el labio, tratando de no sollozar, de que su dolor se transformara en ruido. Con delicadeza se acostó cerca de Ángelo, el temible Deathmask y cerró los ojos buscando calmar su desesperación y dolor. Se acurruco lo más cerca posible, mojando las sábanas blancas por sus lágrimas. Thalía cayó en un sueño profundo y perturbado con su carita manchada en lágrimas y sal.
Ángelo abrió sus ojos carmesí y los fijó en la pequeña que estaba tan acurrucada sobre si misma, que parecía abrazarse a sí misma. No. Se estaba abrazando. Se estaba consolando de lo que sea que la hizo ir a su cuarto y comprobar que seguía respirando.
Ángelo acercó a su pequeña tormenta eléctrica a su pecho y en voz baja y quebrada le canto una canción de cuna que su abuela solía cantarle cada vez que de pequeño solía despertarse de una pesadilla. Sin saberlo, ni quererlo saladas lágrimas cayeron de sus sangrientos rubís. ¿Cuando fue la última vez que lloró? ¿Cuando murió su abuela? ¿Cuándo Aioria le propuso matrimonio en aquella playa? No lo sabe. Las lágrimas son algo que ha borrado de su cuerpo. Lo mismo que los sentimientos de amor, esperanza y cariño que pensó haber borrado de su alma para solo dejar paso al odio, al resentimiento, la crueldad y la apatía ante la vida humana.
Pero Aioria y Thalía le habían demostrado que todavía era humano. Que todavía podía sentir y amar.
Ángelo odiaba llorar... Pero odiaba aún más ver a su hija llorar.
-Dormi al suono della tempesta, tesoro mio.
Dormi nella vite del sangue. Sdraiati sui cadaveri che io seppellirò per te.
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Fantober Demigod!! Versión Saint Seiya
DiversosA petición e inventiva de la página de Facebook Coleccionando Mundo! Un Fantober de nuestros semidioses favoritos! Yo ambientare casi todo en el universo de Saint Seiya! Espero y les guste