Y en efecto ustedes tenían razón esto merece más...
Ahhh soporten mis lentas actualizaciones, jjsjs pero la buena noticia es que en mi ciudad ya empezaron los días nublados y frío, así que estaré más inspirada y con ganas de escribir, los amo, de verdad no los conozco pero amo el apoyo que me dan y los mensajes que algunos de ustedes me hacen llegar, gracias... 💜💐|||||||||||||||||||•°•°•
Min Yoon Gi.
Ese nombre hace a SeokJin bajar la mirada, provoca que quiera huir y ya no estar bajo su ala.
Hace años que su madre entro a trabajar para los Min ,Jin tenía nueve años en ese entonces y justo ese mismo día que llegaron a la mansión de la poderosa familia, lo conoció.
Un niño pálido con expresión seria.
Ese día Yoongi analizó de pies a cabeza el niño de labios ridículamente gruesos, ese pequeño castaño que sonreía genuino para él, para el heredero de los Min.
—Lo quiero madre —había dicho Yoongi apuntando al pequeño Jin.
Ahí había sido condenado a ser el sirviente de Yoongi. Hasta el día de hoy.
Los Min pagan la escuela de SeokJin y asiste a la misma que el pálido heredero.
Desde pequeño Yoongi ha sido frío ,calculador, malo y extremadamente arrogante.
El pequeño Jin de nueve, diez, once y hasta doce años solía llorar a causa de Min. Después Jin se acostumbro a la actitud del ahora joven.
Con los años Yoongi se convirtió en un apuesto joven , pálido y con rasgos muy masculinos, la mayoría de las chicas de la escuela morían por meterse a la cama del poderoso Min.
Jin lo odia pues el muy bastardo es un insolente, en la escuela no hablan para nada ya que Yoon se mantiene en su pequeño circulo de amigos, igual de poderosos que él.
Jeon, Kim y Min. Los hijos de puta más poderosos de la escuela.
—Esto no lo cocinaste tú Jin —la voz fría de Min calo sus oídos.
El maldito pálido se ha dado cuenta.
Yoongi no come comida que no haya sido preparada por SeokJin.
—Lo hice —trata de convencerlo.
Él se acerca mirándolo fijamente.
—No. Ahora ve y cocina algo para mi —ordena.
Jin quería gritarle que se joda, pues estaba muy agotado luego de ayudar a su madre y hacer tareas de la escuela.
Sin embargo asintió y fue a la cocina.
Falta poco ,falta poco. Se repetía una y otra vez Jin con coraje.
Al día siguiente Jin moria de sueño ya que como castigo él le pidió que hiciera su tarea, así que por eso duerme en el salón de música ahora mismo.