Rana Azul - 윤민 Yoonmin

Parte 14.

Cuando el Sr. Perfección y la Rana Salvaje dejaron la cuidad, todo pareció en calma.

Los días volvían a ser monótonos, las tardes, aburridas, y las noches silenciosas y sosegadas. Pero en el momento en el que los dos volvieron de vacaciones, hubo una paz nada habitual entre ellos. Todos sospecharon que se trataba de la calma que precede a la tormenta y empezaron a apostar quién sería el primero en romper la tranquilidad que los mantenía a todos tremendamente adormecidos en sus deberes matutinos.

Las vacaciones de Navidad duraban apenas unas semanas, pero aun así Jimin había decidido regresar a su casa. Uno de sus compañeros de clase, Nam Woohyun, un chico guapo y risueño que siempre estaba rodeado de chicos y chicas, iba a quedarse solo en esas fechas tan importantes, así que, sintiéndose lleno de compasión y de lástima, se decidió a invitarlo a acompañarlo.

¡Magnifico error!

¿Quién podía llegar a sospechar que todo el condado en especial el barrio se revolucionaria ante su llegada?

Nam Woohyun era apuesto, de cabellos castaños y unos hermosos ojos cafés, que hacían resaltar su rostro de modelo. Su cuerpo, a pesar de dedicarse al arte, era firme y fuerte. Su deporte favorito baile. De humor siempre alegre y despreocupado, le hacía reír y le recordaba a su hermano Taehyung, por eso y porque extrañaba su casa, acabaron siendo pareja en uno que otro proyecto de clase.

Jimin se encontraba acomodando sus cosas cuando Nam se acercó a preguntarle dónde pasaría las vacaciones y este, ilusionado, le describió su hogar como si de un sueño se tratase.

- Iré a casa, Woohyun. No te puedes creer lo maravilloso que es en esta época del año. El condado entero se cubre de nieve, en mi barrio los niños hacen muñecos por todos lados, las casas compiten con los adornos, y aunque en ocasiones puedan parecer recargadas, son adorables. También hay una función de Navidad en la que el tema lo eligen los vecinos, por lo tanto, te puedes encontrar obras tan estrafalarias como "El Padrino". - Jimin hizo una pausa y continuó su descripción con una sonrisa - Todos son amigables unos con otros, y el encendido del árbol en la plaza es algo precioso. ¡Tengo unas ganas tremendas de pasar las fiestas en mi casa! ¿Y tú Woo? ¿A dónde irás?

- Yo me quedaré aquí, solo. -dijo Nam- Ya sabes que mi familia es prácticamente inexistente y no me hace demasiada ilusión visitar a mi madre borracha.

- ¡Pobre! ¿Y no tienes con quien pasar las fiestas, ningún familiar lejano que visitar? -quiso saber Jimin, preocupado por la soledad de su amigo en fechas tan especiales.

- Estaré solo, pero tú no te preocupes por mí, ya estoy acostumbrado a ello. -le dijo Woohyun quejándose.

- ¡Ningún amigo mío pasará solo las fiestas! ¿Por qué no vienes conmigo a casa? Tenemos una fantástica habitación de invitados y seguro que los vecinos de mi barrio te recibirán encantados.

- Está bien, si me lo pides así... -comento Woohyun sonriente aceptando pasar sus vacaciones en ese condado muy peculiar.

Yoongi llegó ese año cargado de regalos para el día de Navidad un poco más de lo habitual en él, y trajo consigo uno muy especial para Jimin.

Había pensado en obsequiarle un anillo de compromiso, pero, como era demasiado pronto y probablemente se lo tiraría en la cara, le compró una pulsera con el dije de una nube y además un sexy disfraz de gatito, eran unas orejitas y una cola de color rosa; pues, tras pasar un día frente al escaparate en el que estaban expuestos mientras hacía algunas compras de última hora, no pudo dejar de imaginarse a Jimin desnudo y luciendo únicamente esas esplendidas prendas.

Cuando llegó, su madre y abuela corrieron a recibirlo con un gran abrazo. Mientras Eunji lo llenaba de besos y preguntas sobre su salud, su abuela lo reprendía con una sonrisa por las posibles travesuras realizadas. Continuaron atosigándole hasta las escaleras, donde le apremiaron a dejar sus cosas en su habitación y que bajara con rapidez para comer algo después del largo viaje.